martes, junio 11, 2013

cinderella man (2005, ron howard)

1935. Viernes. Día trece, además. Diciembre. Nueva York. Madison Square Garden [“El Mádison” que diría un barbero que yo conozco…]. Nueve de la noche…. Hace frío en la calle, sin embargo, no cabe un alma en el recinto. Tres meses han pasado desde que se anunció lo de hoy y, en unas horas, se agotó el billetaje. Si quienes protagonizaran el evento fuesen Marlene Dietrich y Jean Harlow, no hubiesen levantado tanto interés como quienes hoy los han congregado. Enfundados en sendos albornoces con sus nombres impresos en la espalda, ambos contendientes se refugian en sus respectivos rincones. Concentrados. Cada uno pensando en los puntos débiles del contrario y en cómo ocultar los propios.

Arthur Donovan, pantalones grises, camisa blanca y pajarita negra, mira al cronometrador, asiente y suena la campana. Los púgiles se levantan como resortes de los taburetes de madera y se dirigen hacia el centro del cuadrilátero. Las miradas están llenas de tensión, y, sin embargo, carecen de expresión alguna. Se tantean. Se mueven en perfecta sincronía el uno alrededor del otro. Durante los tres minutos de cada uno de los dos primeros asaltos apenas hay nada reseñable, intercambio de golpes inanes entre el “Bombardero” y el “Toro” y poco más. Pero algo ocurrió en el tercer asalto, al final… El guipuzcoano conecta una serie de golpes que culminan con un uppercut que impacta en el pecho del adversario que se tambalea y trata de mantener la distancia. El español vuelve a la carga está dispuesto a soltar una serie de golpes, pero, ¡oh, destino!, suena la campana y ambos se retiran a las esquinas.

Comienza el cuarto asalto, el final del anterior ha activado todos los sentidos de Louis. Sale mucho más activo. Tiene una idea fija. Entre los guantes de Paulino ve el objetivo. Mete el puño por ahí, golpea el mentón de Uzcudun y éste cae. Donovan comienza a contar… uno… dos… tres… siete… Paulino se levanta, lanza tres puñetazos sin saber dónde está siquiera Joe… Ahí, es cuando se para el combate. Única derrota por KO de Paulino Uzcudun y último combate profesional...


PD: ¿No te has sentido nunca en un estado tal que has comparado con haber sido apalizado por un boxeador? ¿Qué te ha provocado esa sensación? ¿Se trataba sólo de cansancio físico o había también fatiga mental?
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