viernes, abril 22, 2011
la saeta (1969, joan manuel serrat)
miércoles, abril 20, 2011
you're the one [una historia de entonces] (2000, josé luis garci)
martes, abril 19, 2011
cabaret (1972, bob fosse)
sábado, abril 16, 2011
vine del norte (1998. ismael serrano)
viernes, abril 08, 2011
una novela de barrio (2007, francisco gonzález ledesma)
miércoles, abril 06, 2011
el hombre sin sombra (2000, paul verhoeven)
viernes, abril 01, 2011
lavadora blues (1988, ilegales)
Ahora, viviendo en la capital del reino, comparto piso [y gastos] con dos muchachos, Efe Lipe y Miau Ricio [lo sé, son raros, pero no sé si es prudente dar los reales]. Miau lleva poco nosotros, apenas un mes, así que aún estamos conociéndonos y poco puedo decir de él, salvo que es argentino [lo cual, me parece hasta una profesión… tiene que ser duro ser argentino siempre]. De Efe ya conté una anécdota de él. Es de Ciudad Real [es descriptivo, no descalificativo]. Es una fuente inagotable de vivencias… para los demás. Y luego quedo yo, que soy… yo… En fin, me considero un tipo de fácil convivencia, las cosas fáciles y claritas. Miau se asemeja bastante a mí en ese sentido. Efe… Efe no es de este planeta… o algo así.
Viene a cuento porque estoy pensando en citarlo tras la catedral de mi pueblo, cuando los primeros rayos comiencen a despuntar y batirnos. Llevaré a "Silbadora", naturalmente. Mi querido “ciudarealeño” lleva dos días de desencuentros conmigo. Esto es, la lía y procura que no nos encontremos. Y, al final, como siga así, voy a acabar haciéndome el encontradizo… Entiendo que la convivencia puede ser difícil entre extraños, cada uno es como es y tiene la educación que ha recibido, pero con un poquito de buena voluntad… El caso es que Efe hizo colada el lunes por la noche y decidió dejar secar la ropa en un tendedero plegable en lugar de en las cuerdas. El martes por la mañana la hice yo y cuando estaba a puntito de acabar el programa, a la hora de comer, en un descuido mío, recogió la ropa del tendedero y la puso en las cuerdas.
Bueno, no pasa nada, pensé… Ya tenderé a la tarde… Doce horas después me fui a dormir. Su ropa seguía en la cuerda. La mía, en la lavadora. El miércoles por la mañana su ropa ya no estaba. La mía tampoco. Había decidido sacar mi colada de la lavadora, meterla en un barreño y dejarlo en el salón. En la lavadora, más ropa suya, daba vueltas en el tambor…
PD: ¿Nos resulta tan difícil decir las cosas que sabemos que pueden molestar? ¿Nos movemos por la vida a nuestra “bola” sin importarnos el resto? ¿Realmente nos cuesta convivir y socializarnos?