miércoles, febrero 28, 2007

el partido (1999, mick davis)

Hoy he descubierto un bien de primera necesidad. Uno de esos que te proporcionan calidad de vida. Un objeto sin el cual hay quien no puede vivir, que lo necesita tanto como el respirar o el agua. No lo había tenido en cuenta, porque no lo creía tan imprescindible como lo he visto hoy. Siempre ha estado ahí. En realidad creo que es de un bien de lujo, ya que existen pocos de su especie y siempre están muy codiciados. Los hay de distintas formas, colores, materiales y hasta tamaños. Pero siempre son accesibles sólo para unos pocos. Efectivamente, me refiero a los taburetes (o banquetas) de los bares, cafeterías, pubs o cualquier otro sinónimo que se nos ocurra tales como tabernas o tascas.

Sí, porque resulta que quizás no lo necesitas, y están todos libres, pero, en cambio, el día que entras al local y te encuentras cansado y agradecerías sentarte en uno de ellos, están todos ocupados. Es más cuando alguien hace ademán de levantarse, varias miradas se dirigen a él (al taburete, no al usuario), distintos pares de ojos que observan fijamente el trasero del afortunado que está sentado, esperando impacientes el momento en que el culo deje de tener contacto con el asiento para abalanzarse sobre él (de nuevo me refiero al taburete). Porque ésa es la señal no escrita, tácitamente aceptada ("el que se fue a Sevilla, perdió su silla"). En el momento en que no hay contacto, la banqueta ya no pertenece a nadie, dicho de otro modo, el primero que la coja, para él. Un taburete, en algún momento, para algunos, se convierte en lo mismo que el oasis para el que viaja por el desierto. Esa banqueta se transforma en el tesoro más preciado con el que disfrutar del refresco, del café o, tal vez, de la lectura de la prensa. Sólo por ello, uno se siente mejor, quizás, hasta alguien poderoso. La próxima vez que me levante de uno de ellos, miraré a los dos lados antes de dejarlo libre. No quiero que me atropellen (bueno también me encantará ver de nuevo los ojos ávidos de ese majestuoso trono. Lo sé. Soy cruel).


PD: ¿Por qué me parece que quienes desean esas sillas son los maridos de las que me encuentro en el autobús? ¿Será que los relaciono por el asiento? ¿Son incómodos por tratarse de un bien preciado? ¿Se trata de eso? ¿De que los utilice mucha gente poco rato? Claro, puro marketing.
martes, febrero 27, 2007

esos locos bajitos (1981, joan manuel serrat)

He leído por ahí que un niño inglés pesa ¡¡¡noventa kilos!!! con sólo ¡¡¡ ocho años!!! Y me he quedado "flipao". Me parece una barbaridad. Aparte de que se pueden hacer bromitas con el tema (unas con mejor gusto que otras) y que podríamos hablar sobre lo competente o no que es la madre (no seré yo quien lance la primera piedra) lo que me preocupas es otra cosa. Dicen que el peso del rapaz se debe a que sólo ingiere comida basura y que no le gustan ni las verduras ni la fruta. ¡¡¡Nos ha jodido el niño!!! Tonto no es. Está claro que si digo que no me gusta la acelga y en su lugar me ponen una megahamburguesa de la muerte con todos los acompañamientos y demás, pues claro que prefiero el filete de carne picada. Pero el tema es otro.

Se trata de un tema de educación alimenticia (o alimentaria). Pero no del muchacho, no (¿qué culpa tiene él de pedir? "contra el vicio de pedir, la virtud de no dar" dice el refranero popular). A quienes les falta este tipo de cultura es a los padres. Los míos hicieron muchas cosas bien, aspectos que sólo ahora, en la distancia, comprendo. Y una de ellas fue que me enseñaron a comerme todo lo que hay en plato, me gustase o no, y hasta que no hubiese comido todo no podía levantarme de la mesa. Ahora, unos cuantos años después, puedo permitirme el lujo de no comer espinacas ni coliflor (tengo que reconocer que siendo infante, buenas lágrimas derramé por el hecho de tener que ingerir las dichosas verduritas). Pero aprendí a valorar las lentejas, las judías, los garbanzos, los guisantes, .... Tanto, que me encanta comer todo aquello para lo que pueda necesitar el uso de la cuchara y que su cocción haya podido realizarse en perola.

Me desvío. Quiero decir que si la madre no hubiese concedido tanto antes, no se encontraría con que los servicios sociales ingleses pudieran hacerse cargo de la criatura por negligencia. Parece que al final la madre mantendrá la custodia. No sé si es bueno o malo, pero intuyo que es lo mejor, separa a un niño de su madre en esta edad, puede no ser lo mejor para el futuro del zagal. Y ¡ojo! que no se nos olvide, el niño estará sobrado de kilos, seguro, pero me da a mí que ese niño tiene una enfermedad. Obesidad mórbida, se llama.


PD: ¿No existe una escuela de padres? ¿Se ha dado cuenta alguien que los niños son repetitivos y absorbente como esponjas? Quiero decir ¿saben los padres y madres que si las criaturas ven hacer algo lo repetirán la próxima vez que se repita situación semejante? Por comentar.
lunes, febrero 26, 2007

ed wood (1994, tim burton)

Esta noche entregan los Oscar de Hollywood, que viene a ser, en teoría, los premios a los mejores en su especialidad, dentro del cine. Aunque luego la realidad no es así. O, al menos, no me lo parece a mí. Pero no es eso exactamente de lo que quiero hablar. Un acontecimiento así me trae a la memoria los cines de antes. Bueno, en realidad, me recuerda los antiguos cines y las diferencias con los actuales. Y no sé, quizás soy anciano en el espíritu, y es por ello que empiezo a contar batallitas y en ellas me da la sensación de que lo de antes era mejor. Sé que no es así, que no es que fuese mejor, sino que era diferente. Era lo que era. Pero parece mejor.

Así que recuerdo cuando los cines no eran grandes centros comerciales donde podías adquirir mil y una chucherías y distintos tipos de refrescos. Cuando sólo tenían una sala y únicamente una película para ver. Cuando las butacas no eran los asientos de una nave espacial. Cuando las palomitas sabían diferentes, posiblemente sabían a palomitas porque la máquina que las hacía era rudimentaria y no totalmente mecanizada. Recuerdo que entrar en la sala con las luces apagadas era algo casi místico. Todo el mundo en silencio, casi se podían escuchar las respiraciones de los espectadores. El acomodador, iluminaba el suelo con la linterna y, gentilmente, te ayudaba a encontrar tu asiento. Cuando el suelo no estaba forrado de moqueta. No sé, recuerdo otras cosas diferentes a las que veo ahora. Bueno, claro y la entrada se pagaba en pesetas. En pocas pesetas.

Hace dos veranos, por cosas de estas que hago, estuve en un pueblecito rodeado de montañas, y viví de nuevo una experiencia que me recordó a los momentos en que yo era niño. Un día fuimos al cine. Sí, al cine, al único cine, a la única sala de cine. Una gran sala. Hileras d e butacas de madera. Tres pasillos, uno central amplio y otro en cada lateral. Con un pequeño mostrador en el que se podían comprar apenas cuatro cosas. Con una película que llegaba el jueves y allí estaría hasta el jueves siguiente. Y sobre todo, con un gallinero. Conseguí poder subir y entrar en él. Una especie de palco por encima de todos, junto al proyector. No demasiado grande, pero un gallinero. E inmediatamente una sonrisa acudió a mi rostro. Lo noté. Y ocurrió porque recordé cuando siendo niño, vi algunas películas en un sitio como aquél. Y fue bueno, porque llenó de paz mi interior. Otro día cuento cuando fui al cine por primera vez y vi "Toby".


PD: ¿Por qué muchas de las películas de ahora viven de los efectos especiales y el ordenador? ¿Tan difícil es rodar otras del estilo a "El hombre tranquilo", "La ventana indiscreta", "El nombre de la rosa", ...?
domingo, febrero 25, 2007

lollipop (1958, the chordettes)

Hoy es domingo y toca desenvainar la espada. Así que allá vamos. Resulta que nueve de cada 10 dentistas españoles recomiendan mascar chicle sin azúcar porque es bastante más aconsejable, para la salud dental, que hacerlo con la goma de mascar azucarada de toda la vida. Correcto. Voy a darlo por bueno. Pero entonces ... ¿el odontólogo que falta para llegar a la unanimidad? Se me ocurren varias posibilidades: que sea un cachondo y haya contestado que no es mejor sin azúcar, simplemente por romper las estadísticas; también pueda ser que tenga familia en el mundo de la fabricación de chicles con azúcar; o, quizás lo más normal, que esté pensando en su negocio. Y entonces es cuando me cabreo.

Va a resultar que el atontao del dentista lo que quiere es vernos a todos como al "risitas" o al "cuñao" por ganar unos euros. No me jodas. Así que 9 de cada 10 dentistas son honrados (cosa que tampoco me creo, que necesito la espada también para defenderme de los sablazos que dan ellos, pero eso es otra historia). Total, que el listo de turno decide que es bueno comer con chicles con azúcar. Y eso me hace plantearme ciertos interrogantes: ¿1 de cada 10 dentistas tiene pocos pacientes? ¿Este décimo dentista sabe cosas que los otros 9 desconocen? Es más, ¿es el mismo dentista que el que no recomienda usar Colgate? Por que si es el mismo habrá que plantearse que el tío éste sea un cabrón o está fatal de la cabeza o es un genio porque posee información privilegiada que se les niega al 90% de los odontólogos.

Sigo con mis dudas: ¿fijo que copió todos los exámenes en la universidad, no?, ¿aconseja ponernos hasta las orejas de productos azucarados o qué coño recomienda?, ¿9 de cada 10 dentistas opinan que el otro no tiene ni idea de chicles?, ¿alguien sabe su dirección?


PD: ¿En todas estas encuestas es siempre el mismo el que contesta lo contrario? ¿Le pillaron en un día de resaca o iba drogado? ¿Por qué hacen caso a los 9 dentistas y la gente compra chicles sin azúcar y no hacen caso cuando 9 de cada 10 dentistas recomiendan no abrir las botellas con los dientes? ¿También fue el mismo? Vaya día, macho.
viernes, febrero 23, 2007

tó el mundo é güeno (1982, manuel summers)

Tengo recuerdos borrosos. Imágenes en blanco y negro. Imágenes coloreadas por el paso de los años o quizás, imágenes difusas por esos mismos años. Hoy hace dieciséis años. Y aún me acuerdo. Mucho he leído sobre aquello, más he escuchado sobre aquél tema, y a pesar de ello, mis recuerdos son a don Adolfo Suárez y a don Manuel Gutiérrez Mellado, sentados en su escaño (¡con dos cojones, oiga! y que cuando uno se lo merece hay que llamarle siempre con el don por delante) mientras el tipo vestido de verde, con el tricornio hasta las cejas, con un mostacho negro como el tizón, disparaba al techo al tiempo que gritaba. Pues bien, ése junto a la imagen de mis padres comiendo delante de la tele (no ha sido nunca algo normal el comer o cenar viendo la televisión en mi casa, ahora ya sí cenamos, pero antes no) con la mirada fija en la pantalla y pidiéndome por favor que no hiciese mucho ruido, que no oían.

Ahora, con el paso del tiempo, entiendo qué ocurría. El descerebrado que disparaba era Teniente Coronel (que es algo como importante porque eres Teniente y Coronel al mismo tiempo) y don Manuel era en ese momento Teniente General (que creo que es más, pero tampoco me apetece preguntarle a Mr. Google). El caso es que los guardias le pusieron zancadillas, lo empujaron y demás, a un señor que tenía en aquél momento ¡¡¡setenta años!!! y fueron incapaces de reducirle (lo dicho, tenía dos huevos bien puestos, que viendo con el paso del tiempo las imágenes, no hubiese extrañado que el del mostacho hubiese dejado de dar tiros al aire y apuntar a este caballero)

Total, que con el paso del tiempo, descubrimos que lo de la democracia estaba germinando y creciendo de verdad. Que mis antepasados ya estaban hartos de 39 años de no poder hacer nada y que querían probar qué era esto que se extendía por toda Europa menos aquí. Y no se iba a permitir que cuatro chalados vestidos de verde (igual que los jardineros de mi pueblo) podasen esta plantita que estaba naciendo. Y claro, empezamos a ser un Reino y esas cosas. Y ahora hace 16 años don Adolfo y don Manuel demostraron a mucha gente que esto iba en serio y que no se iban a postrar ante nadie y que a la fuerza pocas cositas se iban a conseguir. Así que ... ¡¡¡ Muchas gracias don Adolfo y muchas gracias don Manuel!!! Con dos cojones.


PD: ¿Quién se inventó los nombres del ejército? Cuando se le acabaron las ideas ... ¿decidió que si los mezclaba molaban más y parecían más importantes? ¿Es por eso por lo que existe Capitán General, Teniente Coronel y esas cosas?

jueves, febrero 22, 2007

quiero ser como beckham (2002, gurinder chadha)

Cuando era pequeño quise ser Supermán, Robin Hood, Tarzán, el vaquero bueno en el Oeste, el Zorro, Cyrano, gritar "Good morning, Vietnam", un Cazafantasma o ser un Top Gun. Me quedé a medio camino y me convertí en Jimmy el fotógrafo, el Pequeño Juan, el amigo del bueno (es decir, el feo), el sirviente Bernardo, Christian de Neuvillette, susurré "hasta luego, Lucas", no tuve ni un desmaterializador y como mucho fui azafato en un vuelo. Seguí siendo niño y soñaba con bailar "dirty", con tener una jungla de cristal, con conocer el color del dinero, con encontrar el arca perdida, con tener Fama. Pero nunca aprendí a bailar, tuve un cactus, sólo conocí las deudas, me perdí y no encontré el dichoso baúl y sólo fui conocido.

Perseveré y deseé ser el niño del karate, tener una historia interminable, alistarme a una loca academia de policía, ser uno de los goonies, un inmortal, un intocable junto con Eliot. Al final sólo sé (y un poco de baloncesto), sé que las historias siempre tienen fin, hice Derecho, sigo sin saber qué son los goonies, soy mortal y nunca estuve con el señor Ness. No desesperé e insistí, ansié con pasear a Miss Daisy (esto ya lo había contado antes), con ser Rain Man, con regresar al futuro, con pelear como Rocky, con convertirme en un Jedi, con ser un superdetective y visitar Hollywood. A pesar de mis esfuerzo, lo más que hice fue coger un taxi, mojarme cuando llueve, recordar mi pasado, evitar golpes, fui un Gili y llegué a estar en Barcelona, pero no investigué. Son cosas que pasan.

Fui un envidioso y deseé tener un verano azul, un coche fantástico, ser un corrupto en Miami, pertenecer a un equipo A, acampar en un valle secreto, tener la ley de Los Ángeles, ser un detective a la luz de la luna, ..... y tantas cosas .... Pero bueno, tampoco es cuestión de contar aquí mi vida ¿o sí?


PD: ¿Por qué algunas veces nos empeñamos en querer ser lo que no podemos ser? ¿Alguien quiere ser el señor Inglés? ¿O el señor Pascual?
miércoles, febrero 21, 2007

la vida es un carnaval (2000, celia cruz)

Hoy estamos de luto. Sí, hoy se ha producido el entierro de la sardina. Sniff, sniff. ¡¡Era tan buena ella!! Su sardino llora desconsoladamente. En el momento del fallecimiento, le acompañaban un centollo, dos calamares y una estrella de mar. No se invita particularmente. Bueno, en serio, que hoy es el entierro de la sardina, por tanto, hoy, oficialmente termina el carnaval. Este acontecimiento consiste en una parodia en la cual se simula el paso del entierro de una sardina por las calles de la ciudad.

En su origen, este evento nació por motivos religiosos, ya que el día de inicio de la Cuaresma se acostumbraba enterrar un costillar de cochino, al cual se le daba el nombre de sardina, para simbolizar la prohibición de comer carne durante esos días. Hay quienes aseguran que en el pasado, el Entierro de la Sardina era un ritual para atraer la abundancia de la pesca y la fertilidad de los animales, ante un nuevo ciclo de producción. Pero eso no dejan de ser antiguas creencias y supersticiones. O quizás no.

El caso es que termina el Carnaval. Es una fiesta que en mi pueblo no se celebra demasiado, o al menos, en comparación con otros pueblos. La gente no sale en masa disfrazada a la calle, si pasan un montón de tiempo preparando majestuosas carrozas, no. A nosotros nos va más tirarnos por una cuesta abajo con un patinete o una caja de melocotones. Somos así. En fin, decía que terminaba y con él, se acaban las chirigotas. Me encantan. En la mayor parte de ellas me río un rato, en otras no. En las que no me río, casi siempre es porque hablan en andaluz y muy rápido, lo cual de por sí ya es jodido, si a eso añadimos que es cantando, se complica la situación y si como añadido es sobre temas locales, ando pedido, perdido. Pero me gusta ver a personas que ya no cumplirán los cincuenta mezclados con treintañeros disfrazados, maquillados, con abalorios de vivos colores, cantando, riéndose de sí mismos y de todos. Me parece muy sano. Si algunos que yo me sé les imitaran un poquito ...


PD: ¿A quién se le ocurrió esto de las chirigotas? Es más ¿a quién se le ocurrió ponerle un nombre como ése? ¿Había bebido?
martes, febrero 20, 2007

el ama de casa estafada por la publicidad (1990, un pingüino en mi ascensor)

Estoy algo preocupado hoy. Resulta que me han venido a la memoria distintas caras, con diferentes nombres y me han sugerido dudas y preguntas. Así que las voy a lanzar y me quito ese peso de encima. ¿Dónde se encuentra ahora el helicóptero del Tulipán? ¿Lo llevaron al desguace de helicópteros? ¿Existe un desguace para estos aparatos? ¿Este anuncio impulsó la carrera de Guillermo Fesser? ¿Los niños que salían en el anuncio están ahora rollizos? ¿Peinan canas? ¿A quién se le ocurrió anunciar mantequilla utilizando un helicóptero?

El hombre de la tónica ¿a qué se dedica ahora? ¿Era peor él que Carlinhos Brown gritando "siéntela eh"? ¿Acaso no se disfrutaba más del anuncio con él que con Eduardo Noriega desnudo? Además, el propio caballero, con sus enormes gafas de pasta, reconocía que al principio sabor le resultaba extraño, pero que luego te acababa gustando. ¿Alguien supo pronunciar correctamente alguna vez Schweppes?

¿Y Manuel Luque? El primero en utilizar la psicología inversa con su "busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo". ¿Dónde está ahora? ¿Tiene algo que ver su desaparición con la de Elena, Colón o Flor (eran detergentes, no personas)? ¿Por eso ya no son cilíndricos los envases de los detergentes? ¿Alguien encontró algo mejor?

¿Qué fue del mayordomo de Tenn (con bioalcohol, que debe ser como los bífidus, que tampoco sé lo que son, pero para los azulejos)? ¿Sigue sin engañarle el algodón? ¿Se jubiló o prejubiló? ¿Dónde compró ese uniforme? ¿Se siguen vendiendo esos uniformes de mayordomos? ¿Sólo le sacaba parecido yo con el mayordomo del capitán Haddock, pero en robusto?

¿Y Edu? ¿No habrá sido tan cabrón de sacarse la carrera de telecomunicaciones, no? Nos hunde el chaval. ¿La factura del teléfono debió ser de aúpa, no? ¿Su madre era la del Pronto? ¿Se sigue tirando por encima de las mesas con una sábana? ¿Alguien lo intentó alguna vez? ¿Le salió o se quedó a mitad de mueble?

¿Farala sigue en el mismo curro? ¿Han contratado a alguien más y dejan de darle en coñazo con la cancioncita? ¿En qué trabajaba y por qué se vestía así? ¿Su amiga encontró a Jacques? (por cierto, nena, que si después de todos estos años no lo has encontrado o una de dos, o se ha muerto, o, entérate bonita, que pasa de ti)


PD: ¿Eran o no mejores los anuncios de antaño? Siempre quedarán en nuestro recuerdo? Por cierto, ¿sigue volviendo a casa por navidad el de la mili? ¿Juan Valdés se jubiló? ¿El todoterreno de Saimaza ha pasado la ITV?
lunes, febrero 19, 2007

miss agente especial (2001, donald petrie)

Hoy el cuerpo me pide desenvainar la espada (que aún sigue sin nombre) y tener guerra. Pero no quiero un duelo de esos tras el convento de las Clarisas a la hora de maitines, no. Deseo una pelea en toda regla, a pecho descubierto. Sin protecciones, en una mano mi espada y nada en la otra. Además, no pararemos con la primera herida de sangre, no. Seguiremos hasta que uno de los dos pida clemencia, piedad, misericordia o algo parecido. Y el motivo de que esté hoy batallador, la causa que origina que esta fecha deba ser marcada en rojo en el calendario, todo se debe a que hoy, 19 de febrero del 2007 ... ¡¡¡Yo puedo ser Miss España!!!

Y todo porque gracias a las bases de este moderno concurso de belleza para ganar es necesario no ser madre ¡¡¡Y yo no lo soy!!! Es más, puedo ser Miss España y Mister España al mismo tiempo. Es increíble. Debe ser como ganar la Liga y la Copa de Europa en la misma temporada. Y yo puedo ser las dos cosas. Gracias señor Cid, es usted el mejor (que por cierto, con ese apellido, aunque organice usted este certamen ... ¿tiene alguna espada?, me vendría de perlas, por lo del duelo, digo). Gracias por esta oportunidad. No le defraudaré. Aunque ... debo confesarle una cosita. En realidad son un par. No, no se asuste. Ni tengo un hijo secreto, ni soy un periodista con cámara oculta, ni tengo fotos ligero de ropa para publicar en una revista. Es sobre lo de Miss España. Son un par de tonterías, nada importante, pero creo que debo decírselo. Mire, la verdad es que pecho no tengo mucho, para chico normal, pero para Miss, me parece poco, y, bueno, la verdad es que no me depilo mucho las piernas, en realidad nunca lo he hecho. Ya sé que son nimiedades ... porque no soy madre y eso es lo importante.

Así que no se preocupe, llame a esa señorita que ha salido Miss Cantabria y le dice que me da su título. ¿A quién se le ocurre presentarse siendo madre? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Es como si a una ministra, o a una jueza, o a una presentadora se les ocurre ser madres. ¿Cómo iban a poder compaginar su vida personal y profesional? No se preocupe, le aseguro que no he tenido nunca ningún hijo. Sí, tranquilo. Espero su llamada. Gracias.


PD: ¿Soy yo o nos estamos volviendo locos? ¿Ésta es la mejor manera de dar igualdad de oportunidades? ¿Nos merecemos estas cosas en pleno siglo XXI? ¿Tendrá este señor a la Tizona o la Colada?
domingo, febrero 18, 2007

un banco en el parque (1998, agustí vila martínez)

Decía hace unos días que los niños ya no juegan en la calle y es cierto, pero me he dado cuenta que las personas mayores ya tampoco se sientan en los bancos de las plazas o parques. De acuerdo que con este tiempo no es lo más aconsejable, pero ya casi no se ven esas situaciones. Antes, cuando era más joven y, quizás también en días soleados, veía a señoras dando de comer a las palomas (creo que ahora hay una ley que lo impide) o a caballeros leyendo el periódico tranquilamente, o a un grupito charlar sobre los asuntos más diversos. Y todos ellos despertaban mi envidia, en el sentido de que se les veía disfrutar con ese momento. Sentados en el banco, dejando escapar el tiempo y gozando de ese momento.

Ahora ya no se ven esas situaciones. Ahora todos vamos más deprisa. Ahora todos queremos llegar antes a cualquier sitio. A trabajar, a hacer la comida, a coger un autobús, a ... Y claro, eso afecta a todo el mundo. Incluso a quienes hace unos años disfrutaban de esos quince o veinte minutos sin hacer nada, sólo sentados en aquellos viejos bancos de madera rojos. Ahora ni son rojos (al menos en mi pueblo), ni, me temo, dentro de un tiempo serán de madera. Ahora quienes leían el periódico, lo siguen haciendo, pero en un bar, en una cafetería, junto a un vaso de vino o un café. Ahora quienes daban de comer a las palomas, además de ser potenciales delincuentes, tienen prisa por llegar a casa, limpiarla, hacer la comida, poner una lavadora, ... y ya no tienen tiempo de sentarse en un parque. Todo lo más tienen un perro y lo pasean deprisa y corriendo (me acaba de venir un par de ideas, hablaré otro día de las amas de casa y de estos pequeños perritos).

De modo, que los tiempos están cambiando, lo mismo que hay un cambio climático, pero en este cambio, quien lo está dirigiendo es el reloj. Todo por llegar antes. Hasta perder instantes de paz personal y felicidad.


PD: ¿Por qué los bancos de las calles, plazas y parques son ahora tan supermodernos y ergonómicos? ¿Alguien se ha dado cuenta de que no son cómodos? ¿Es ése el objetivo? ¿Que no nos sentemos y disfrutemos de nuestros minutos de felicidad?
sábado, febrero 17, 2007

horror en el hipermercado (1982, alaska y los pegamoides)

En mi pueblo se están cerrando negocios. Cada vez más. Vamos, que algunas tiendas están bajando las persianas definitivamente. Los motivos supongo que son distintos. Estará quien ha decidido cerrar el local por jubilación, quien ya no tiene descendencia que quiera ocuparse del negocio, a quien las pérdidas hacen poco viable mantener la tienda, ... No sé, tampoco he ido preguntando. Como somos un pueblo, te vas enterando poco a poco, pero a ciencia cierta no lo sé. Las hay grandes, pequeñas, con nombre reconocido y reconocible, otras semiocultas en calles perpendiculares a las grandes avenidas, ... En definitiva de todos los gustos, de ropa, de calzado, de artículos varios, fruterías, .....

Y esto me ha hecho recordar cuando fueron desapareciendo los antiguos ultramarinos. Los supermercados se convirtieron en una competencia contra la que no se podía luchar. Algo parecido con lo que ocurre ahora con respecto a las grandes superficies. Siempre me llamaron la atención esos locales repletos de conservas, embutidos, utensilios de cocina y .... ¡¡¡caramelos!!!! Lo mismo podías comprar un embudo que cuarto y mitad de chorizo. Recuerdo aquellos mostradores de corcho (al menos, a mí me parecía corcho), entre penumbras, con los embutidos suspendidos del techo a través de ganchos, con las estanterías rebosando de latas, las botellas abarrotando las baldas mas altas, ... Y con cierto aroma que ahora no sería capaz de describir. Una mezcla de olores, dulces, salados, a fruta, a jamón, ....

Pero cerraron. No se podía hacer frente a los supermercados. Más espacio. Más productos. Menos esperas. Autoservicio. Vamos, todo facilidades. Y, más o menos, eso es lo que está pasando con las tiendas que cierran en mi pueblo. Que la vida se está volviendo muy cara. Que hay muchos gastos y que no hay tiempo para esperar a obtener beneficios. Y precisamente esperar es lo que no quiere nadie. No esperar para divorciarse. No esperar para cambiar el aspecto físico. No esperar para preparar la comida. No esperar para hacer la compra. Lo dicho, no esperar.


PD: ¿Además de en los pueblos chiquitos, siguen existiendo esas tiendas de ultramarinos? Sé un pueblecito en el que sí. Espero que se sigan manteniendo en el Reino, sería síntoma de que todavía nos queda recuerdo.
viernes, febrero 16, 2007

ay que gustito pa mis orejas (1998, raimundo amador)

Siempre he deseado saber tocar la guitarra. De hecho, siempre he querido tocar la guitarra. Pero la clásica, la de toda la vida. La de Paco de Lucía (bueno, la suya no, pero una de esas). La de cante flamenco. La de cantautor. Una de esas. Y el caso es que no sé por qué. Pero es algo que siempre me ha atraído. Supongo que tengo un espíritu bohemio latente que, en ocasiones, aflora, y una de sus muestras ese antiguo deseo de saber tocar la guitarra y de poseer una. También creo que en el fondo, lo que me gustaría es tener una y ponerle un nombre como a la Gerundina de Raimundo o la Lucille de BB King. Esto me hace pensar en la obsesión que tengo por poner nombres (a una guitarra que no tengo, a una espada que no existe, ...)

Pero resulta que el día que repartieron ritmo, sentido del baile, oído musical, ... esas cosas que reparten en un momento de nuestra vida, pues debí ausentarme, porque me falta de todo eso. ¡¡¡Si hasta el día que repartían orejas me dieron unas pequeñas!!! Contaré un ejemplo. Siendo niño, un señor, perteneciente a la orden que regentaba el colegio, pasó por las clases, solicitándonos que nos sumáramos al coro del colegio. Ni se me había pasado por la cabeza, pero me preguntó algo, respondí y parece ser que le gustó mi voz, así que me vi obligado a acudir. Era esa misma tarde, creo, así que fui. A mí, me daba la sensación que el único nuevo era yo. Todos parecían conocer los cantos. Yo como podía, leía y trataba de seguir el ritmo. Incluso alzaba un poco el tono, a fin de agradar al director del coro. Y él la debió escuchar. Nos mandó callar y decidió averiguar de dónde procedía aquella voz que desafinaba, que no acertaba nota alguna y que suponía un elemento discordante en aquél coro. Y la encontró. Muy educada y sutilmente me indicó que quizás mi voz no era la más adecuada para el canto. Y ése fue mi primer y último día como "cantante".

En el fondo, creo que se equivocó. Mi voz sí era apta, mi tono era al adecuado. El problema era sólo de afinación y ritmo con la música. Sólo eso. Quizás, también pudiera ser que la música no era adecuada para mí. Sólo es una posibilidad. En fin, que ni canto, ni tengo guitarra así que me parece que mi carrera como cantante se ha estancado.


PD: ¿Y cómo podría bautizar a esa guitarra que no tengo? Bueno, lo de la guitarra también lo apunto en esa lista de cosas que quedó pendiente ayer.
jueves, febrero 15, 2007

charlie y la fábrica de chocolate (1964, roald dahl)

Cerca de mi casa, apenas a un par de manzanas en línea recta, hay una chocolatería. Siempre ha estado ahí. Desde que tengo recuerdos. Bueno, ahora en el cartel aparece que es cafetería, pero siempre fue una chocolatería. No es un local grande, más bien pequeñito. Unas cuantas mesas, cuatro sillas por mesa, un mostrador, una vitrina para los pasteles y poco más. En cuanto entrabas se olía el chocolate recién hecho. Creo que debe seguir siendo igual. Y churros. Porque comer el chocolate sin churros no es lo mismo. Los recuerdo un poquito aceitosos, crujientes en el mordisco, calientes, muy calientes y con el azúcar espolvoreado generosamente por encima. ¡¡¡Qué recuerdos!!!

Ir ahí suponía sinónimo de fiesta o celebración o simplemente que había algo que nos empujaba a entrar, a pedir a la anciana señora que nos trajese unas tazas de ese chocolate espeso, humeante, delicioso. Era (y creo que sigue siendo) la única chocolatería de mi pueblo. Cerraba los domingos por la tarde, pero todas las tardes, principalmente la de los sábados, estaba a rebosar, repleto de señoras que ya no cumplirían los cincuenta, cotorreando. Es curioso, estoy acordándome de tardes fías de invierno, con las orejas y la nariz ateridas, en las que entrábamos y casi inmediatamente desaparecía el frío y una sonrisa brillaba en nuestros rostros. Sabíamos que comeríamos chocolate con churros. El servicio se encontraba tras unas angostas escaleras en la planta de arriba, antes también se utilizaba, ahora creo que ya no. Las escaleras las tapaba un biombo de acordeón, de esos de lugar de postín.

Todo esto me está haciendo darme cuenta que hace mucho que no voy. Que paso todos los días por delante, que miro a través del escaparate y no entro. De niño siempre me pregunté por la sensación de desayunar ese chocolate con churros ahí, sentado, sin nada de lo que preocuparse. Creo que debo volver. Un día de estos vuelvo a entrar.


PD: ¿Cuántas cosas que hacíamos de niños ya no hacemos? ¿Cuántas de todas ellas nos gustaría volver a hacer? Creo que necesito una lista. De momento lo apunto. Chocolate con churros ....

miércoles, febrero 14, 2007

el día de los enamorados (1959, fernando palacios)

Parecía que nunca iba a llegar, pero ... ¡¡¡ya está aquí!!! ¡¡¡Feliz día del Corte Inglés!!! Nadie ha hecho más por los enamorados que el Corte Inglés. Lo de San Valentín es para despistar, para disimular un poco, porque en el fondo, al señor Inglés no le gusta aparecer en la foto, ni que se hable de él. Prefiere mantenerse en el anonimato, o ¿alguien ha visto alguna vez una foto de don Corte Inglés? No, porque no le gusta, no es otro el motivo. Y como este señor es tan piadoso y caritativo decidió desviar la atención hacia el pobre San Valentín (en países anglosajones, Ballantines) y así que los focos no se dirigiesen hacia él.

Pero, no se dio cuenta que eligió a un santo que no estaba claro quien era. Me explico. San Valentín pudo ser uno de de los tres mártires que vivieron a finales del siglo III durante el reinado del Emperador Claudio II: o bien fue un sacerdote romano, o fue un obispo de la ciudad de Terni, o, tal vez un mártir de la provincia romana de África. Que por otro lado, tiene cojones que la Iglesia celebre el día de San Valentín y no se sepa a cual de los es se venera (supongo que será una oferta de 3x1). Total que hay dos leyendas, una dice que fue ejecutado (el que sea de los tres) un 14 de febrero al no querer renunciar al cristianismo, y haber casado a parejas en secreto después de que el matrimonio fuese prohibido por el emperador Claudio II, y la otra nos cuenta que es patrono de los enamorados porque su fiesta coincide con el momento del año en que los pájaros empiezan a emparejarse. Vamos, no me jodas.

Así que, como exactamente el 14 de febrero los pájaros empiezan a tontear con las pájaras, (desde luego hay profesiones para todo, porque imagino que hay alguien que se dedica a investigar el momento en que los pájaros se van con las pájaras a un nido de las afueras) vamos a celebrar que es el día de los enamorados. Pffff. No me lo creo. Sé que fue el señor Inglés que miró el calendario y dijo .... "Bien, hasta el 6 de enero, regalos de Reyes, luego las rebajas, pondremos las segundas rebajas, el 19 de marzo el día del padre, el primer domingo de mayo el de la madre, luego las rebajas de verano, las segundas rebajas de verano, la vuelta al cole y navidades. Hmmmm. No sé creo que se debería celebrar algo entre las segundas rebajas de invierno y el día del padre..." Y ahí es donde nació el 14 de febrero.

Todo esto es producto de su imaginación. No le den más vueltas. No tiene sentido. Parece tan real que hasta puede ser mentira.


PD: ¿Por qué el señor Inglés no tiene aún una calle dedicada o una estatua o una placa conmemorativa? ¿Está planeando un día del divorciado o de la madre soltera?

martes, febrero 13, 2007

entre copas (2004, alexander payne)

¡¡¡Qué suerte tengo!!! Resulta que no lo sabía, pero hay mogollón de gente interesada en mi salud. No, no hablo de mis padres o abuelos preocupados por ese catarro que he podido coger por el cambio de temperaturas. No. Gente importante o algo así. La verdad que no los conozco a todos, pero saber que tengo detrás mía a un subsecretario, a un secretario general a una agencia española, a un gabinete técnico, aun consejo asesor y hasta a una ministra, pues tranquiliza bastante. El problema es cuando a alguno se le cruzan los cables o la ministra se le va la olla. Entonces, me acojono bastante porque no sé si quieren que no enferme o matarme poco a poco. Me he enterado del nombre de la ministra: Elena Salgado. Es lo que había, que tampoco nos dejaron elegir.

Pues bien, resulta que la "Salgadora" y sus amigos del Ministerio, junto con sus antecesores, no contentos con la ley anti-tabaco (que sí, que está muy bien lo de no dejar fumar y cuidar la salud de todo el mundo, pero dejar de cobrar los impuestos a las tabacaleras y no seguir aumentando las arcas no debe ser compatible), la ley anti-botellón (que luego tiene eso bastantes excepciones, claro que en mi pueblo se hubiesen mosqueado un poco si no les dejan tomarse un cubata en la calle cuando las fiestas del santo), quítame esa publicidad de mcdonalds que luego los niños piden esa megahamburguesadelamuerte y son obesos (pero si la culpa son de los padres que los llevan a esos sitios, no me jodas, ministra), bueno, pues bien, decía que no contentos, llega la "Salgadora" y dice que hay que vigilar el acceso de los menores a las bebidas alcohólicas y por tanto se van a tomar medidas muy restrictivas (hasta ahí, completamente de acuerdo), pero ... prohibe a las bodegas utilizar sus marcas comerciales para el patrocinio de actividades, la venta de productos ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­–como aceites o vinagres– o la promoción de emplazamientos turísticos. Ta-ta-ta-chán.

Y claro están los que se dedican al vino .... de unos morros. Que esto me hace pensar que quizás debería ir ella a La Rioja a explicarlo "in person". Así, cara a cara y bien clarito, no sea que alguno no lo entienda y se líe una muy gorda. Aunque creo que ya se ha liado. Si la culpa no es del vino, señora mía, es de Don Simón, que desde que los sacó en la misma caja que la leche que compra mi madre, no hay Dios que beba ese vino a palo, y claro, lo mezclas, y ya sabe, señora, que el gas de la Coca-Cola hace que te siente mal el vino. Pero la culpa es de Don Simón, conste.


PD: ¿Para cuando una ley anti Cola-Cao? En la puñetera vida se ha disuelto eso en leche fría, así que muy bueno no debe ser. ¿Y una anti Calippo de fresa? Donde esté el otro .... Que no sea que no doy ideas.
lunes, febrero 12, 2007

falsas apariencias (2000, Jonathan Lynn)

No consigo recordar la cita exacta. Ni tampoco si lo leí o lo escuche. Ni tan siquiera si fue en un periódico, un libro, la radio o la televisión. Mucho menos quien fue su autor. El caso es que el fondo de lo comentado se quedó grabado en mi memoria. Todo venía a cuento de las mentiras. Todo el mundo mentimos a diario. Desconozco cuantas mentiras de promedio decimos al día. El caso es que lo hacemos bien para justificarnos, bien para evitar el dolor en otras personas. Pero la frase en cuestión se refería a que cuando decimos una mentira, alguien tiene que juzgarla y considerarla apropiada y ese alguien somos nosotros. Dicho de otro modo, cuando mentimos ya nos hemos juzgado a nosotros mismos y nos hemos dado la aprobación para decirla. Piénsalo bien. Tiene su parte de razón.

Total, que si yo digo que soy afroamericano, rubio, con ojos azules y mido metro noventa y cinco, no importa mucho, porque como ya me he auto-juzgado y he decidido que esa pequeña mentira no importa, pues eso ... que soy un dios de ébano y no pasa nada. Ya sé que me he puesto un poco extremista, pero en el fondo, quiero decir, que todo ello dependerá de lo amueblada que tenga la azotea el que dice la mentira. Pero partiendo de situaciones normales, es bastante cierta la aseveración que da origen a este rollo filosófico. En fondo, creo que nada es verdad y nada es mentira, todo depende de la percepción subjetiva de quien emite la mentira. Y como todos somos muy condescendientes con nosotros mismos, pues eso, que nos perdonamos enseguida la mentira que hayamos lanzado. El verdadero problema está en si los otros tendrán ese grado de piedad cuando descubran la verdad. En muchas ocasiones no se produce y es cuando nos caemos con todo el equipo.


PD: Hablando de todo un poco, ¿alguien ha visto unas armas de destrucción masiva? Es que no sé dónde las he puesto .... Estoy convencido que las he visto, pero no recuerdo dónde. Si alguien las ve, que me lo diga. Gracias.
domingo, febrero 11, 2007

llueve sobre mojado (1998, fito páez y joaquín sabina)

Sigo con el tema de las obras en mi pueblo. Pues nada, que la alcaldesa de este pueblo, ha decidido que no tiene que parecerse a lo que es, sino ser, por lo menos, como Guasintón. Así que tenemos las calles que no parecen las nuestras. Están todas cuales corderos en un matadero. Con todas las entrañas por fuera. Podemos ver las tuberías, los cables, una alpargata que perdió uno de otro pueblo cuando estaban haciendo las calles y hasta la herradura de un caballo cuando por ahí pasaban carros y no coches con dos millones de caballos de vapor (que a estos equinos no los he visto nunca, pero deben ser mejores que los de verdad) a trescientos por hora aunque por mi pueblo sólo se pueda ir a cincuenta.

Pues eso, que vamos como las cabras por el monte, saltando de montón en gravilla a montón de gravilla. Así que entre zanjas, charcos kilométricos en los que ignoramos su profundidad, calles cortadas, retroexcavadoras y su p... madre, pasamos los días. Dar un paseo se ha convertido en algo imposible. Ahora o te vas de excursión a comprar el pan o no te comes un bocadillo ni en el mejor de tus sueños. Y eso, hablando de ocio, porque si quieres ir a trabajar andando ... uffffffff ...... Prepárate. Necesitas una mochila, una linterna por si entras en una zanja muy oscura, bengalas para que te localicen, un teléfono con satélite (que no tengo ni idea de lo que es, pero que debe molar mogollón), víveres para un par de días (que mi pueblo es pequeño y más de dos días no van a tardar en encontrarte) y ropa de abrigo.

Y en esas estamos. Los mayores de mi pueblo dicen que es por lo de las elecciones. Para decir que han hecho esto y lo otro y lo de más allá, y así ganar votos. Yo creo que se equivocan. Porque quedan dos meses. Porque si en esos dos meses arreglan todo el dasaguisado que han montado esto no es España, esto sería Alemania, por lo menos. Porque si le votasen por eso, los de mi pueblo son de otro planeta, que tendría cojones votarles porque en mes y medio intentan hacer lo que no han hecho en cuatro años menos dos meses. Porque .... Bueno, una ventaja tiene todo esto. Mejor dicho, dos ventajas, la primera es que los abuelos de mi pueblo hacen ejercicio y ejercitan su mente, vamos, que se van a ver las obras y discuten entre ellos sobre si aquél está mezclando bien el cemento o no, o si el otro coloca correctamente la tubería. La otra ventaja es que las palomas de mi pueblo ya no están gordas, porque los abuelos viendo las obras, ya no les dan pan.


PD: ¿Y si tuvieran razón y todo esto fuera por las elecciones? De todos modos ¿alguien ha visto a la alcaldesa en una zanja con pico y pala?
sábado, febrero 10, 2007

el cazador de sueños (2003, lawrence kasdan)

Siempre he querido ser muchas cosas y, como en el refrán me quedo en "aprendiz de todo, maestro de nada". Supongo que todo empezó siendo un crío. Correr por casa con una toalla anudada al cuello (lo de la ropa interior por encima de los pantalones nunca me pareció estético). En la pre-adolescencia quise ser don Cesar de Echagüe, "El Coyote", una especie de "el Zorro" en la California hispana, que marcaba a sus enemigos disparando un certero balazo en el lóbulo de la oreja. Ir en taparrabos por la selva dando alaridos, o disparar telarañas, o ir vestido de murciélago humano por la noche nunca me pareció suficientemente atractivo. Conforme me adentré en el mundo de la literatura quise ser un anciano, cerca de la jubilación, tratado con respeto en el París de principios del siglo XX, o ser un belga con cabeza en forma de huevo y con un mostacho engominado y alabar a mis células grises.

Más tarde la televisión y el cine me mostraban modelos a seguir. Quise ser una chica Coyote, un ex-policía afroamericano, el último samurai, ... Ahora sólo quiero ser Morgan Freeman. Quiero pasear a Miss Daisy, quiero acompañar a Robin Hood por Sherwood, quiero ayudar a Will Manny y ni pedir ni dar perdón, quiero encontrarme con Andy al final de mi cadena perpetua, quiero investigar los siete pecados capitales, quiero evitar una reacción en cadena, quiero saber toda la verdad, quiero cazar sueños, quiero ser un ex-boxeador tuerto y colaborar para que una chica cumpla su sueño, quiero ....

Quiero ser Morgan Freeman.

Tampoco me importaría ser el señor Miyagi y saber cuidar bonsais, y saber dar cera y pulir cera, e intentar cazar moscas con palillos chinos aun siendo japonés, y saber pronunciar bien "hai" cuando quiero decir sí, y saber llamar a mis amigos por su nombre añadiendo un -san al final (que es como decir Miyagi-san). Aunque prefiero ser Morgan Freeman.


PD: ¿El hecho de ser blanco, europeo y español limita mis posibilidades de serlo? ¿Por qué me quiero parecer a un norteamericano negro o a un tío que en
realidad se llamaba Pat Morita? ¿Podría yo triunfar con ese nombre?
jueves, febrero 08, 2007

cuentos para pensar (2002, jorge bucay)

Hoy, por primera vez, rompo con una de las normas autoimpuestas en cuanto a la longitud de lo escrito. Obviamente, el texto no es mío, pero lo considero apropiado (en su doble sentido). Espero, don Jorge, que sepa disculparme.
Simplemente porque hoy es hoy.
Simplemente porque hoy es 8 de febrero.



Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confí­es en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy, hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.

PD: ¿Hace falta añadir algo más?
miércoles, febrero 07, 2007

el rey pescador (1991, terry gilliam)

Uno podría vivir con lo que el resto de la gente tira a la basura. Obviamente, no con todo, está claro. Pero sí con muchas de esas cosas. Me explico. me he fijado que, con frecuencia, nos deshacemos de objetos que consideramos que no nos sirven o no nos satisfacen y que los hemos sustituidos por otros más modernos, más accesibles o, simplemente, más nuevos. De modo que lo sustituido, una vez que no nos interesa, lo dejamos en la calle, en un contenedor. Así pues, nos podemos encontrar, por la noche, antes de que pasen los camiones de basura con colchones, estanterías, mesas, sillas, lámparas, ropa, .... Y sí, es cierto, que, muchos de esos enseres están desvencijados, rotos, inútiles, .... pero ¿y los que no lo están? Y es a éstos, a los que yo me refiero.

He visto muchas cosas en la calle. Algunas merecen estar en ese contenedor, otras quizás puedan formar parte de la decoración de otros. En las grandes urbes, me resulta frecuente ver como, al atardecer, hay gente (y no siempre de entre el grupo de los más desfavorecidos) que curiosea en los contenedores, que con una camioneta se llevan ese somier a una furgoneta, rebuscan entre bolsas de camisetas, chaquetas, pantalones, .... Quizás no cojan nada, quizás. Pero investigan. No voy a negar que alguna vez he sentido esa sensación. Ese impulso a coger aquello que he visto que otro desterró de su hogar y que bien podría servirme o gustarme a mí. Pero también reconozco que siempre es la misma pregunta la que me hace detenerme ¿y dónde lo meto?

Un sitio que me resulta bastante sugerente sobre este tema son los contenedores que se encuentran junto a los supermercados. He visto a personas normales con cientos de yogures y batidos, produciéndome cierta envidia, por ser poseedores de un maravilloso tesoro. Tienen lo que quieresn y que no es deseado por otros. Y que conste que no trato de crear conciencia social. El que la tenga, pues eso, que ya la tiene.


PD: ¿Cuántos días antes tiran los supermercados los productos perecederos? ¿Puedo pedirles que me avisen para coger yo algo? ¿A alguien le sobra una papelera?
martes, febrero 06, 2007

el auto nuevo (1974, gaby, fofó, miliki y fofito)

Aunque estoy muy contento de ser de mi pueblo, es de justicia decir que mis antepasados no son todos naturales de él, ni tan siquiera de la misma región. Así que yo soy poliespañol (no creo que exista esta palabra, pero me gusta). Provengo de distintos lugares. Un poco soy de todas partes y no soy de ningún sitio. Bueno, que me escapo del tema. Esta condición plurirregional obligaba a visitar a los familiares de los antepasados en sus distintos puntos de origen. Vamos, que en vacaciones de verano había que ir de visitas, si bien la visita se prolongaba por espacio de prácticamente todo el estío. Y uno de esos antiguos recuerdos, de esas imágenes que se mantienen en mi retina son los desplazamientos en coche con mis abuelos. Me encantaba ir con ellos en coche. Ver conducir a mi abuelo. Imitar sus gestos, sus manos al volante, cuando cambiaba de marchas,... Y yo en el asiento de atrás imitándole. Bueno, eso cuando no estaba dormido, arropado por esas mantas antiguas (tengo la sensación de que las mantas de ahora abrigan menos que las de antes).

Ir en coche con mi abuelo era sinónimo de rituales, de tradiciones que, año tras año se mantenían. Desayunar en el mismo bar de la misma ciudad. Comer en el mismo prado de siempre las tortillas de patata cocinadas por mi abuela (aún las sigue haciendo y siguen pareciéndome las mejores del mundo). Y repostar gasolina, casi siempre en el mismo sitio. La misma gasolinera a la ida y la misma gasolinera a la vuelta, lo que no significa que fuese una única, sino una a la ida y otra diferente cuando volvíamos. Y he aquí mi recuerdo. El de las gasolineras. Ya no huelen igual. Ahora es todo más aséptico, que no está mal, pero ya no me gusta. Me encantaba bajar del coche y oler ese aroma a gasolina, a gasóleo entrando dentro de mí. Estirar las piernas era la excusa para dar vueltas alrededor del SEAT 1430. Escuchar cómo mi abuelo hablaba con aquél señor mayor, vestido con un buzo azul y con una bolsita llena de billetes a la cintura, con los dedos manchados de grasa. Y en las gasolineras de hace 20 ó 25 años nunca llovía, siempre el cielo estaba brillante, siembre había flores entorno a ellas. Y aunque todas eran iguales, en el fondo todas eran diferentes (me parece que ahora no pasa eso, ahora, simplemente, todas son iguales).

Que no se me olvide. En esas gasolineras, formaban parte de ellas, la estantería azulita giratoria con cintas cassette, cerrada con candado, de Manolo Escobar, Peret, María Jesús y su acordeón, los chistes de Arévalo,...... Antes, en las gasolineras había gasolina y, como mucho, cintas de música. Ahora, hay de todo menos gasolina.


PD: ¿Por qué las cosas ya no me huelen como antes? ¿Las familias ya no salen al campo juntos el fin de semana? ¿Por qué las gasolineras han perdido su encanto? De acuerdo, para que exista más seguridad (voy a hacer como que me lo creo), pero... ¿tantas gasolineras ardían en los 80's? De eso no me acuerdo.

lunes, febrero 05, 2007

el fantasma de canterville (1887, oscar wilde)

Me estoy ahorrando una pasta. No, no voy a salir de pobre por ello, pero me estoy ahorrando unos dineros. Lo digo por esto de escribir en el blog. Lo siento profundamente por todos los psicólogos o psicoanalistas, que después de unos años estudiando la carrera, tratan de establecerse para que luego llegue un tipo como yo y se quite sus neuras escribiendo a diario (o casi). Lo siento. Mantengo la teoría de que todos tenemos nuestros "fantasmas". Son esas situaciones y personas que nos causan dolor su recuerdo, de los cuales tratamos de evitar hablar y que, sin embargo, sin pretenderlo, aparecen en algún momento. Yo tengo varios de eso "fantasmas". No sé si llegan a atormentarme. No lo creo. Pero no es algo de lo que me guste hablar.

Lógicamente, no voy a contar aquí cuáles son. Pero los tengo. Y esta cita diaria aquí, sirve para que, en ocasiones, se mitigue ese dolor. Tampoco voy a mentir y decir que por escribir aquí estoy ni olvidando, ni sepultando, ni menguando ese daño emocional que me producen ciertos recuerdos de mi pasado. Que quizás tampoco son tan graves, simplemente no me gustan porque me duele. Hablando de daño y dolor, siempre he pensado que cuando el dolor es muy profundo decimos que nos duele en el corazón, aunque no es cierto. Lo que de verdad nos duele es el alma. Es algo más intangible que el corazón. Es un dolor que, por lo menos a mí me gustaría llegar a "abrirme las carnes" para que pudiese salir de dentro de mí y poder liberarlo y liberarme. A pesar de lo que acabo de decir, ni tengo tendencias sadomasoquistas (creo que en ese tipo de situaciones a lo mí, lo que me gustaría es ser sádico, es decir, dar yo las hostias) ni, mucho menos, suicidas.

Así que, respetables licenciados abstraídos al estudio de la psique, lo siento. Mis más sinceras disculpas, pero de momento, no tengo previsto irles a visitar profesionalmente. Si cambio de parecer, no se preocupen, que les avisaré. Gracias.


PD: ¿Realmente existen los fantasmas? ¿A quién se le ocurrió que un fantasma es una sábana blanca vieja? ¿Hay un sindicato de fantasmas? ¿Por qué decimos que alguien es un fantasma? ¿Acaso puede atravesar las paredes?
domingo, febrero 04, 2007

ojalá que llueva café (1995, juan luis guerra)

Lo reconozco. Soy cafeinómano. Me encanta el café. Negro. Solo. Si acaso, con hielo. Que aún guarde cierto sabor amargo. Me encanta el aroma a café recién hecho. Ese olor que vaga por el ambiente y entra hasta dentro de uno. Nada de descafeinados, ni leches destanadas para acompañarlo. Ojo, que no tengo nada de en contra de quienes lo tomen así. Simplemente a mi no me gusta. El problema lo tengo (y me refiero al tomarlo fuera de casa) con los azucarillos. me gustaba seguir un ritual. Siempre el mismo. Idénticos movimientos repetidos varias veces al día. Romper con cuidado el envoltorio de uno de los terrones. Dejarlo caer en la taza. Igual operación con el otro terrón. Remover con la cucharilla hasta que se disuelva completamente el azúcar. Chupar la cucharilla y tomar el café. Nada fuera de lo común.

Pues no. Ahora en la mayor parte de los bares y cafeterías han sustituido los clásicos terrones de azúcar por una mini-bolsita que contiene el azúcar. No me gusta. Los motivos son varios, quizás son nimios, pero no para mí. primero he perdido parte del ritual. No es lo mismo esperar a que se derrita el terrón, que vaciar el contenido de la papelina de las narices y remover directamente. Por otro lado, tengo comprobado (no tan científicamente como la marmota de ayer) que mi cuerpo necesita una dosis de 10 gramos de azúcar por café, es decir, dos terrones, y resulta que el nuevo invento tiene sólo 8 gramos. Lo sé, 2 gramos no es mucho. Es cierto, pero yo noto esa diferencia. Así que he estado pensando que alguien se está preocupando por mi glucosa. Bueno, en realidad pensaba que era por mi bolsillo, pero al comprobar que tomo menos azúcar y el café sigue costando lo mismo, que cuando me daban dos terrones, he de creer que se trata de un tema de salud, porque si no es así, me están estafando y tendría que desenvainar la espada que no tiene nombre.

En fin, cosas que pasan. De hecho conozco hasta a gente que colecciona esos sobrecitos y te cuenta que existen desde .... no recuerdo la fecha, pero desde hace mucho. Por cierto, el café negro y el azúcar blanco.


PD: ¿Por qué me fijo en este tipo de cosas? ¿Tendrán razón quienes dicen que veo cosas en las que los demás no se fijan? En ocasiones ¿veré muertos?
sábado, febrero 03, 2007

casino royale (1953, ian fleming)

Mi pueblo, no siendo muy grande, tiene, al menos que yo conozca, tres bingos. Sus nombres son lo de menos. Uno de ellos es, aparentemente, bastante modesto, o quizás sólo lo sea por su aspecto exterior. La verdad, nunca he entrado en ninguno. No es algo que me haya llamado la atención. Los otros dos, es sus fachadas, son más pomposos, más llamativos. Luces brillantes de neón, grandes carteles, cristaleras con cortinas, ... En mi inocencia de antaño, quizás por ese aura, siempre los consideré como lugares no recomendables (imagino que las películas de Andrés Pajares y Antonio Ozores, algo también tendrán que ver en eso). Bien, además uno está casi enfrente del otro. Lo cual, siempre he considerado algo perjudicial para el negocio. Creo que los tres, en algún momento, tuvieron servicio de aparcacoches, pero no estoy seguro de que presten ahora ese servicio (la alcaldesa de mi pueblo con la zona azul ha debido influir en ello).

Me estoy desviando de lo que quiero contar. El caso es que el otro día paseando, me encontré con que uno de ellos estaba cerrado. Bueno, quizás sea demasiado pronto para el negocio, pensé. Así que miré hacia la acera de enfrente y vi que la competencia estaba abierta, así que me temo lo peor. Ha cerrado un bingo de mi pueblo. Y si no me equivoco, el primero que se instaló. Supongo que la gente ya no se gasta el dinero esperando que los números unas bolitas, cantadas por una señorita, normalmente sin demasiada gracia, coincidan con los de un cartón que has comprado. Ahora hay medios mucho más sencillos para perder dinero o para ganarlo. A bote pronto, se me ocurren uno de cada: inversor en sellos y concejal de urbanismo en cualquier municipio. Hay que señalar también que el funcionamiento es un poco rudimentario: hay que tachar con un rotulador los número del cartón, si coinciden, con los cantados por la señorita de antes, que los lee de pelotas de ping-pong que se extraen una a una de un bombo y que llevan un número pintado en ellas. Lo dicho, hay sistemas más fáciles y rápidos para especular con el dinero. Quizás la ley anti-tabaco también ha influido en el cierre. No lo sé.


PD: Entiendo que al 22 se le llame "los dos patitos", pero .. ¿por qué el 15 es "la niña bonita"? ¿Tiene algo que ver con aquello que decíamos de niños de "el 6 y el 4, la cara de tu retrato"?
viernes, febrero 02, 2007

atrapado en el tiempo (1992, harold ramis)

Vale. De acuerdo. Hay cosas que nunca voy a entender. Es más, ni tan siquiera voy a intentarlo. Resulta que hoy es 2 de febrero. Sí, un día normal para todo el mundo. Bueno, habrá quien celebre su cumpleaños o se trate de una fecha señalada por algún motivo, pero para el resto de los mortales es un día normal. O eso deberíamos creer. Pues no. Resulta que en plena era de la tecnología, con internet, con chips microscópicos, con satélites sobrevolando nuestras cabezas, con miles de personas dedicadas al estudio del clima, de las temperaturas, de los cambios climáticos, .... hoy es el día en que el meteorólogo más conocido en el mundo anuncia si el final del invierno está próximo o, por el contrario, se alargará. Y el nombre de este científico tan reputado es Phil. ¡¡¡Y es una MARMOTA!!!

¡¡¡¡Tiene cojones!!! Lo más moderno que se les ha ocurrido a los norteamericanos es predecir el tiempo por medio de un roedor. Que quizás el pirado soy yo. El rollo que se tiran es el siguiente. 15 tíos vestidos con frac y sombrero de copa, cada dos de febrero, golpean en el árbol en la que se encuentra la madriguera del científico en cuestión (es importante precisar que la marmota hiberna durante el invierno, motivo por el cual tiene que ser feliz por el hecho de que 15 chalados disfrazados de cochero del siglo XIX le despierten). Una vez que la marmota sale, si ve su sombra, vuelve asustada a la madriguera, lo cual significa que aún se prolongará la fría estación durante seis semanas más; si por el contrario no la ve, la primavera está ya cerca. Más o menos éste es el funcionamiento. ¿A que acojona la exactitud matemática de sus planteamientos?

Si es que .... cuando uno cuenta con la tecnología de su parte .... Y nosotros que no hemos estado fiando de lo que nos contaban Mariano Medina, Fernando Medina, Manuel Toharia, José Antonio Maldonado, Minerva Piquero, Pacop Montesdeoca, Mario Picazo, .... Y los pobres, ..... tantos años de carrera para que les quite el puesto ¡¡¡una MARMOTA!!! En fin, que el espectáculo de precisión científica concluye con un anuncio oficial del pronóstico y con un guiño de ojo se asegura que "Phil" nunca se equivoca. Por cierto, sólo ha acertado en el 28% de las ocasiones desde 1887. O lo que es lo mismo, sólo ha atinado con el final del invierno en 33 de las 120 veces en que ha pronosticado. Acojonante.


PD: ¿Y si el día sale lloviendo o nevando? No podrá ver su sombra ¿y eso también quiere decir que se va a acabar pronto el invierno? y ¿cuánto vive una marmota? ¿Es siempre la misma? ¿No es ya mayor para despertarla para que vea su sombra? ¿Tendrá bien la vista con esa edad? ¿Han estado cambiando de marmota y no nos han dicho nada? ¿Pasa el puesto de padres a hijos o hay un Director de Recursos Humanos que selecciona a la marmota más indicada?
jueves, febrero 01, 2007

papá cuentame otra vez (1997, ismael serrano)

Éste es un cuento que me han enviado y pertenece a Irene. Lo ha redactado como parte de un trabajo y me gustó leerlo. Quizás porque me recordó que hemos empezado a perder nuestra infancia y que los cuentos ya no forman parte de nosotros.

LA BRUJITA DE VILLALDEA

Había una vez, en una villa no muy lejana de aquí llamada Villaldea, vivía una brujita muy bonita a la que toda la aldea quería mucho, porque siempre que tenían un problema, ella les ayudaba, y hacía alguna pócima.

Un día, salió a volar un rato con su escoba por el bosque, y de camino a allí, se juntó con una liebre amiga suya y le dijo:

- Brujita, brujita, ¿dónde vas tan temprano?
La brujita, que no le había visto hasta entonces, le contestó:
- ¡Hola! Voy a volar un rato con mi escoba nueva aprovechando que hace un día tan bonito, ¿quieres venir conmigo?
- No, gracias amiga, pero he quedado con otras liebres para ir a corretear, otro día te acompaño y me llevas en tu nueva escoba.

Se despidieron, y la brujita iba cantando muy feliz en su escoba.

Fue pasando la mañana y de repente, un tornado, atrapó a la brujita, y ella gritaba “Socorro socorro” pero nadie la podía oír, se había alejado mucho de Villaldea, y el tornado era tan fuerte, que ni con su escoba nueva podía escapar.

De pronto, todo paró, y la brujita pudo controlar la escoba para aterrizar, pero no sabía donde estaba; se había perdido, y no sabía como volver.

Entonces, comenzó a llorar, y a lamentarse y en esto apareció un hada madrina y se acercó a la brujita:

- Hola brujita, ¿qué te ha pasado? preguntó como si no supiera lo que le había pasado.
La brujita, alzó la cabeza, y vio a un hada muy fea muy fea muy fea,pero le contó lo ocurrido.
- No te preocupes, si quieres ven conmigo a mi hogar, y te prepararé una sopa, para que luego con el estómago lleno, puedas volver a tu casa.

La brujita no se fiaba mucho, pero como no tenía otra posibilidad, decidió ir con ella.

Dieron un paseo, y llegaron a una casa en medio del bosque, y le dijo el hada a la brujita:

- Ya hemos llegado, yo dormiré ahí, y tú… ¡a ti te voy a encerrar en esa cueva! Ja ja ja, ¡y no vas a poder escapar, porque en cuanto lo intentes, mi dragón te comerá! A menos que me des tus poderes y tu escoba.
- ¡Eso nunca! prefiero ser devorada por un dragón, que entregar mis poderes y mi escoba a un hada fea y mala.

Así que el hada la encerró, y el hada se fue a dormir a su casa.

Pero lo que no sabía el hada, es que la brujita era muy amiga de todos los animales del bosque, y un pajarito que justo pasaba por ahí, había escuchado todo. Volando volando, fue hasta Villaldea, y se lo contó a la liebre. Juntos, reunieron a todos los animalitos de la zona, e idearon un plan para rescatar a su amiga.

Al día siguiente, fueron cerca de la casa del hada, y pusieron una soga en el suelo, se escondieron y esperaron a que pasara. Al cabo de dos horas, el hada fue en busca de leña, para hacer fuego, y pasó caminando por el lugar donde estaban escondidos, en eso…”Aaaayyyyy” gritó el hada, el plan había salido a la perfección, cogieron unos palos y le empezaron a pegar y a decir:
- Dinos dónde está nuestra amiga, y sácala de ahí.
- ¡Estúpidos animales! No podréis sacarla nunca, está dentro de una cueva dónde hay un dragón enorme y hambriento, ja ja ja.

Los animales siguieron con la paliza, hasta que al final, el hada no aguantó más y les dijo:
- Está bien, os llevare hasta allí, no importa ya la volveré a coger, vuestra amiga es muy confiada, y le podré engañar con facilidad…
El hada cumplió, y les llevó hasta la cueva, sacó a la bruja, y fue entonces cuando los animales le dijeron a la brujita:
- Haz un conjuro, para que el dragón, se vuelva en contra del hada, para que se quede encerrada sin poder salir.

Y así fue, la brujita hizo un conjuro y el dragón fue a comerse al hada.

Todos juntos, volvieron a Villaldea, y contaron su historia al resto del pueblo, que la escribieron en el libro mayor de la aldea, y así es como esta historia ha llegado a nosotros.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, ¿os ha gustado?


PD: ¿Se siguen contando cuentos a los niños antes de dormir? Y por cierto, ¿qué es un cuento chino?
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