domingo, agosto 09, 2015

la rendición de granada (1882, francisco pradilla)

Mi entorno más próximo [curioso, todo él es femenino] conoce la atracción que siento por los perdedores, por quienes permitieron a otros vivir la gloria y pasar a la historia [e, incluso, a la Historia]. Soy un rendido admirador de Bugno y Chiappucci en 1991 y 1992, de Robert Scott, de Boris Spaski, de George Foreman en Kinsasa, de Dominique Wilkins en los concursos de mates, de Sepp Maier frente a Panenka, de cualquiera de los que pelearon contra Rocky Marciano, de George Mallory, de Stirling Moss, de Raymond Poulidor, de Deborah Kerr, Peter O’Toole y Richard Burton en las noches de los Oscars, de….

Bueno, pero también soy un incondicional de personas anónimas que permiten a otros conocer los laureles del éxito de manera cotidiana… de quien con paso decidido se dirige al último taburete libre del bar o asiento del autobús y es ocupado en el instante final por otra persona, del muchacho totalmente enamorado que “pierde” a la chica porque se va con otro y ambos [el muchacho y ella] saben que se equivoca, de quien recibe un “vuelvo en media hora” y espera, permanece ahí aunque los minutos se transformen en horas, días, meses... de quien no llama por no molestar.... Soy y seré un defensor de quienes pierden pequeñas batallas, y eso no les impide luchar por ganar el combate final...

Quizás esta fascinación viene dada porque, en el fondo, sólo uno puede ganar y eso nos iguala al resto... tal vez, porque estos perdedores siguen levantándose, se sacuden el polvo, cogen el pico y la pala y vuelven a la carga, intentando que, en la próxima ocasión, ser ellos los triunfadores... posiblemente, porque se enfrentan a todo sin armaduras ni máscaras, aunque les puedan partir la cara... sin duda, porque van con todo, y creen que sólo quedan en la memoria los triunfos más honestos y que aunque no siempre gane el mejor, creen que el mejor saldrá ganando... y principalmente, porque se niegan a conformarse, a pensar que las cosas sólo salen bien en las películas o en los libros de Corín Tellado...


PD: ¿Cuántas veces necesitamos caer para ganar? ¿Hay quien gana siempre? ¿Nos ganan en igualdad de condiciones?

Posiblemente, la banda sonora de esta entrada, si la relees, pueda ser ésta.
| Top ↑ |