martes, agosto 31, 2010

me estoy volviendo loco (1982, azul y negro)

Estos días distintos acontecimientos deportivos se han sucedido y solapado entre ellos y la adrenalina ha empezado a recorrer nuestros cuerpos de aficionados y espectadores en gradas, carreteras o sillones y sofás. Sabida es mi preferencia por el baloncesto (el ser entrenador es lo que tiene...) pero hoy quiero hablar de otro deporte. Quiero escribir sobre ciclismo. Quiero hablar de la Vuelta Ciclista a España que, este año, cumple su septuagésimo quinto aniversario. Y eso me lleva a mis primeros recuerdos sobre este deporte y sobre la Vuelta particularmente. Porque, cuando eres niño, no existe otra cosa que la Vuelta, no distingues nacionalidades ni maillots. Sólo existen los ciclistas.


Para un niños de siete, ocho o nueve años aquellos deportistas eran los que uno quería ser cuando subía encima de una bicicleta. Recuerdo, con cierta nostalgia, las competiciones que organizábamos en el parque cercano a casa unos cuantos dando vueltas al mismo, tratando de ganar en un sprint. Nunca lo hice, nunca gané. Y de esas imágenes, de esas retransmisiones llenas de problemas cuando llegaban a los grandes puertos, de ellas afloran Marino Lejarreta, Vicente Belda, Fabio Parra, Lucho Herrera, Ángel Arroyo, Pedro Delgado, Julián Gorospe, Álvaro Pino y, mi favorito, José Luis Laguia. ¿Por qué él era el favorito? Ni idea, imagino que habría que preguntárselo a aquel niño y que, con sus palabras, respondiese. Disfrutaba cuando las carreteras empezaban a empinarse y esperaba esos ataques de farfán que ponían en fila de a uno el pelotón y esperaba que Laguia, vestido ya de verde, cruzase el primero por la pancarta de premio de la montaña. A partir de ahí ya daba igual quien ganase la etapa. A mí, me daba igual.


Y con estas líneas aparecen en mi memoria también aquellas chapas de refrescos con las cara de ciclistas y que, en circuitos dibujados en el suelo con una tiza o una piedra, impulsadas por nuestros dedos, trataban de completar el recorrido y ser los primeros en llegar. Tampoco gané nunca.



PD: ¿Dónde están aquellos niños de ayer? ¿Por qué ya nada parece tan difícil? ¿Por qué todo está bajo sospecha?

viernes, agosto 27, 2010

thelma y louise (1991, Ridley Scott)

Madrid-Pamplona-Bilbao-Madrid-Ciudad Real-Madrid... Éste ha sido mi recorrido los días pasados, concretamente, durante cuatro días. ¡¡Qué bonito es viajar!! ¡¡Y por ocio tiene que ser la hos...!! Así que, teniendo en cuenta que han sido viajes de trabajo, y además con la compañía del jefe propio, pues la experiencia no ha podido ser más "enriquecedora". Quizás aún no he comentado que los viajes fueron en coche durante la mayor ola de calor del verano… Tengamos en cuenta también que ambos somos la noche y el día, el agua y el aceite, la playa y la montaña… (es falso eso de que los polos opuestos se atraen) No obstante, y siendo justos, han existido imágenes impagables, frases que pasarán a la historia y momentos irrepetibles (espero…)


Me enfrento hoy al terror de los “juntaletras” como yo, con la diferencia que no sé por dónde empezar… ¡¡Hay tantas cosas!! Veamos… Pongámonos en situación: Bilbao, Semana Grande, acompañados por una señora que, en un momento dado (y no tengo claro que viniese a cuento) comenta "si eso es conquistar, mi culo es un florero" y se quedó tan ancha, con una sensación de felicidad como si le hubiesen sacado una piedra de la vesícula y te deja sin capacidad de reacción…Mismo lugar (una terracita), mismos comensales y mi jefe decide cenar una ensaladita de tomate, alabando las virtudes del local en la preparación del plato, y Möet Chandon (lo normal que cena la gente). Resultado: la ensalada en cuestión la hacen en el restaurante de al lado…


Omito para otro momento el desear una tajada de melón y parar en una gasolinera a comprar ¡¡¡SEIS MELONES!!! Dejo para otro día la vivencia de verle conducir en coche descapotable, por la autopista, sin camisa, con visera, al tiempo que suena a todo volumen TODA la discografía de José Luis Perales y Mari Trini… demasiadas emociones…


PD: ¿Va en el sueldo del jefe aguantar lo que los empleados dicen de él? ¿Es un pago no remunerado el poder meterse con el jefe? ¿Por qué siempre lo hacemos a escondidas? (sí, el de la foto soy yo...)

domingo, agosto 22, 2010

náufrago (2000, robert zemeckis)

Hoy tengo un mal día. Hoy la capital dl Reino me ha podido. Hoy Madrid me ha vencido, me ha derrotado, me ha destrozado… Hoy siento añoranza, morriña, "saudade"… Hoy echo de menos a personas, lugares, situaciones… Hoy extraño miradas, sonrisas, abrazos… Hoy Madrid ha sido cruel. En domingo, cuando la ciudad late despacio, cuando parece estar dormida, cuando está muerta, cuando todo es igual pero distinto. Hoy. Me ha invadido una desazón, un disgusto, una angustia que no logro controlar, de la que no consigo desembarazarme. Y lo noto dentro de mí, en el nudo de la garganta, en la opresión en el pecho, en el corazón encogido, en el alma…

Y me pregunto... ¿Por qué? ¿Cuál ha sido la causa? ¿Donde está el motivo? ¿En qué momento surgió el origen de esta situación que me consume por dentro? Y mientras escribo estas líneas me descubro angustiado golpeando las teclas tratando de encontrar respuestas e intentando plasmar lo que siento. No lo sé. No lo recuerdo. Me siento impotente para hallar el inicio de todo esto y, sin embargo, es real, muy real. Lo sé porque me está doliendo dentro, muy dentro. Me falta algo, noto que existe una ausencia con cuya presencia todo se calmaría. Pero no sé qué es. Es una de esas sensaciones que resultan difíciles de explicar pero que en tu interior sabes que es el ungüento que sanará todos tu males y que te calmará el dolor.

¿Qué es eso que noto a faltar? ¿Se trata de un qué o es un quién? ¿Es un aroma, un parque, un sabor? ¿Son unos ojos, una boca, una caricia? ¿Es real o no lo es? Quizás se trate de una idealización, una ensoñación de lo que no he vivido pero quiero que exista? No lo sé, pero sé que hoy, Madrid, me ha vencido, pero mañana seré yo quien lo derrote, y si no es así, será pasado mañana o al siguiente, o al siguiente…



PD: ¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué algunas veces nos invade la desazón? ¿Qué remedios utilizamos para repelerla? ¿Y si ha calado muy profundamente?
martes, agosto 17, 2010

la minifalda (1971, manolo escobar)

He tenido que releer varias veces la noticia porque no me lo podía creer. Me parece que el tema se nos está yendo de las manos. Durante los últimos tiempos he estado tratando de no comentar nada y hacer como que no ocurría nada, pero después de lo de hoy ya no aguanto más. Resulta que ha tenido a bien hablar para la prensa Kepa Tamanes. Y en mal momento lo hahecho, o, mejor dicho, debería haberse callado esa bocaza y no hacer comparaciones estúpidas y fuera de lugar. Porque resulta que el caballerete no ha tenido mejor idea que decir que “alguien tendrá que explicar porqué se condena a ETA y no a Jesulín de Ubrique”. Y se ha quedado tan ancho. Con dos cojones. Vaya por delante que si tengo que elegir, mi voto es sí a la corridas de toros. Pero no es eso lo que quiero comentar.


Estoy completamente perdido. ¿Cómo a alguien en su sano juicio se le puede ocurrir comparar a unos terroristas y matan desde la distancia y a traición con un torero? En serio. ¿Estamos perdiendo el norte? Puedo entender, comprender y hasta compartir las ideas de quienes no piensan como yo, de quienes tienen diferentes puntos de vista de los míos. Puedo ponerme en el lugar del otro y tratar de pensar como él, pero.... esto ya no puedo. No es un debate sobre si toros sí o no. No es un debate sobre si los animales sufren o no. Es otra cosa. Porque, aquí, el portavoz de la Asociación para un Trato Ético con los Animales, aún ha añadido: “ el terrorismo, la ablación, la esclavitud.... están prohibidos porque provocan dolo, por eso alguien tendrá que explicar por qué se permite la tauromaquia, porqué se condena a ETA y no a Jesulín de Ubrique”. Señor Tamanes... ¿de verdad necesita que se lo expliquen o sólo es por darse publicidad? ¿En serio piensa lo que dice o lo dice sin pensar? Ochocientas treinta y nueve familias se lo pueden explicar. Por cierto, ya estoy hasta las mismísimas criadillas del debate....



PD: ¿Por qué un asunto meramente político ha de suscitar tanto revuelo? ¿Quizás porque entra en conflicto con nuestra cultura? ¿Tal vez porque unos hacen más ruido que otros? ¿Se trata de “gritar” más que el otro?

lunes, agosto 16, 2010

es fácil dejar de fumar, si sabes cómo (2005, allen carr)

Diario de un ex-fumador. Día uno. Llevo poco mas de diecinueve horas sin fumar. Me muero por un piti. Las cosas son así. ¿Sabes? Hoy es uno de esos días en los que todo el mundo fuma. En la cafetería, en la calle, a la salida del metro, en las paradas de bus… Similar a esos días en los que necesitabas fuego y nadie fumaba o nadie aparecía con un cigarrillo, pues lo mismo... De hecho, hace un ratito, después de una última reunión, el chico con quien estaba al salir a la calle ha encendido un cigarrito (que en la “mina” no se puede fumar). Ducados, por mas señas. Vamos, lo que a mí me gusta. No sabia si quería que me ofreciera o que no… No lo ha hecho. Si llega a hacerlo, hubiera aceptado.



Seguro. O casi… que uno es bastante terco y tozudo… He vuelto a casa paseando. Con un billete de diez euros en la mano. Apretándolo. Buscando un estanco. El billete ha acabado empapado de mi sudor y en la palma de mi mano ha quedado serigrafiada la portada románica que diseñó Robert Kalina. He pasado por delante de cuatro estancos y ¡¡todos ellos!! estaban cerrados por vacaciones (esto me recuerda que tengo que variar mi pensamiento sobre las cosas en las que creo y en las que no, más concretamente en las que no). Y mientras, Revolver, en mi emepetrés, cantando que “no hay droga más dura que el amor sin medida...” ¡¡ Los cojones, Carlitos, los cojones!! Así que, parece, que aunque hubiera querido comprar, no lo hubiera podido hacer. Matizo: querer, quería, pero vamos, que todo hubiese sido encontrarse un estanco abierto, y también podía haberlo hecho en algún bar, pero eso ya lo había descartado. Fin de la matización. Total, que el billete ha acabado en manos de un camarero que me ha servido una dosis de cafeína y creo que me ha mirado raro... Y yo he terminado escribiendo estas líneas. En fin.... más de diecinueve horas. Trescientas cuarenta y tres palabras. Y me sigo muriendo por un piti....


PD: ¿Por qué me habrá costado escribir tanto esta entrada? ¿Quizás porque todo es real y me cuesta hablar de mí?

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