
Total, que si yo digo que soy afroamericano, rubio, con ojos azules y mido metro noventa y cinco, no importa mucho, porque como ya me he auto-juzgado y he decidido que esa pequeña mentira no importa, pues eso ... que soy un dios de ébano y no pasa nada. Ya sé que me he puesto un poco extremista, pero en el fondo, quiero decir, que todo ello dependerá de lo amueblada que tenga la azotea el que dice la mentira. Pero partiendo de situaciones normales, es bastante cierta la aseveración que da origen a este rollo filosófico. En fondo, creo que nada es verdad y nada es mentira, todo depende de la percepción subjetiva de quien emite la mentira. Y como todos somos muy condescendientes con nosotros mismos, pues eso, que nos perdonamos enseguida la mentira que hayamos lanzado. El verdadero problema está en si los otros tendrán ese grado de piedad cuando descubran la verdad. En muchas ocasiones no se produce y es cuando nos caemos con todo el equipo.
PD: Hablando de todo un poco, ¿alguien ha visto unas armas de destrucción masiva? Es que no sé dónde las he puesto .... Estoy convencido que las he visto, pero no recuerdo dónde. Si alguien las ve, que me lo diga. Gracias.
0 ingredientes:
Publicar un comentario