jueves, septiembre 09, 2010

hace un año (1985, hombres g)

Querida Pamplona:


¿Cómo estás? Espero que bien. Hace tiempo que no estamos juntos, que no disfrutamos de la compañía del uno del otro. Lo siento, ha sido más por mí que por ti. Sí, lo sé, me disculpo demasiado, pero echémosle la culpa a la educación recibida en la avenida de Galicia. Estaba haciendo cuentas y hoy hace un año que nos separamos. Hoy se cumplen exactamente doce meses en que me alejé de ti. Al principio, bien lo sabes, con temor, con miedo, con dudas, con incertidumbres.... también sabes que me fui con la maleta cargada de ilusiones, esperanzas, ideales, deseos.... Sigo conservando todo, no te preocupes. No he perdido nada. Me conoces bien, sabes que lo guardo todo, que no tengo el “síndrome de Diógenes”, que ¡¡yo soy Diógenes!!. Conservo aún, muchas cosas que no puedo guardar en ningún sitio físico y que son tuyas. En un descuido, te las tomé “prestadas”. Algún día te las devolveré, pero aún no. Aún es pronto. Las necesito.


Te cogí sentimientos, sensaciones, olores.... que sí, que te pertenecen, pero que, en cierto modo, también son míos. Me he quedado con la agradable sensación de pasear, como tantas veces, por el Mercado del Ensanche, el subir por esa calle Dormitalería serpeante, las horas muertas en la Media Luna o en el Puente de la Magadalena. Te he quitado también los recuerdos de infancia de entrar en la Ciudadela con su paso elevado o por el Portal de Francia, las carreras en la Vuelta del Castillo o los interminables partidos y juegos varios en “Los Caídos”, tus diversos cambios de temperatura a lo largo de un mismo día... Me dejo de contarte muchas cosas, bien lo sabes, que me conoces, Oberena, “lo” Viejo, el campus universitario, San Juan, el adoquín o loseta (siempre fui más de adoquín, la verdad), .... bueno, muchas cosas. Quizás en otro momento te las cuente.


La capital del reino está bien, pero no eres tú. No tiene tu luz, ni tu color, ni tus aromas. Tiene otros. Ni mejores ni peores. Otros. Seguiré un tiempo aquí y, espero, que podamos volver a encontrarnos y disfrutar mutuamente, el uno del otro.



PD: ¿Uno es realmente de donde nace? ¿De donde vive? ¿Es posible olvidar los orígenes de uno?

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