viernes, diciembre 03, 2010

el sueño (1886, gustave coubert)

Tengo que pedir disculpas. A nadie en concreto, posiblemente. O sólo a mí. Por mi, llamémosla, desidia. Por no contar cosas que me han ocurrido y que me gusta poner en público, lanzarlas al aire y esperar si alguien las recoge. Normalmente ocurre, pero sé que llevo unos días sin aparecer por aquí. Los motivos son diversos o variados, aunque, el fondo, sé que se tratan de endebles excusas que he adoptado como graníticas justificaciones. Tan sencillo como eso. Podría narrar una [media] verdad que excusaría mi desaparición de esta bitácora. Hablaría, entonces, de que mi disco duro externo, ése en el que guardo todo aquello que he publicado, lo que aún no he hecho y las ideas de futuras entradas, ha dicho basta. Se acabó. Y, de momento, no hay visos de poder recuperar todo ello.


Es el disco duro donde vive Martín, donde Blas investiga mientras consume café y Gitanes sin control, donde realmente existe Catatonia y un príncipe, una princesa, un hada y un dragón [que se llama Felipe] viven fantásticas aventuras. Es también el disco duro en el que aparece la banda sonora de mi vida, las canciones que, en mayor o menor medida, me han acompañado, las que he creído que estaban escritas para mí en determinados momentos, las que he bailado [o algo...], las que he cantado a voz en grito, las que he escuchado para relajarme ... En definitiva, he perdido unas cuantas cosas...


Sin embargo, no debería haber dejado de escribir, pero lo he hecho. Posiblemente porque acababa de guardar una preciosa entrada sobre una cena con amigos, de copas, de confidencias, ... Quizás sea posible recuperarla y, si ocurre, la publicaré, pero no será lo mismo. Habrá perdido el encanto y la emoción con la que la escribí y con la que, tal vez, sus destinatarios pudieran recibirla y recordar esos momentos. No descarto que, sin darme cuenta, Iquelo me haya agarrado y con sus brazos, impedido acercarme al teclado. Si así ha sido, ya finalizó. Me he liberado. He vuelto. Pero, durante unos días, Pereza, Desidia, Galbana, Apatía y Holgazanería han sido mis compañeras.



PD: ¿Has vivido una situación tal de desgana? ¿Un momento en que todo te daba igual? ¿Cómo lo superaste?

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