[Primera parte de una trilogía… cada entrada llevará su
propia banda sonora… ésta es la de hoy…]
Se me
está poniendo alma de cantautor… bueno, en realidad, alma, cara, corazón,
espíritu… y, además, de cantautor de los buenos, de los que, cuando les
escuchas, sientes que están hablando únicamente de ti, de tus sentimientos, de
tus ideas, de tu vida… de cantautor que es capaz de expresar lo que te pasa
por dentro mejor que tú con tus propias palabras… de cantautor que sufre en
silencio y soledad... de cantautor que respira y emana tristeza y melancolía… de
cantautor que sientes que llora por ese desamor que narra… de cantautor que
sabes que se encierra a ponerle letra y melodía a eso que siente... de cantautor que
sabes que abraza al insomnio por las noches… lo dicho, se me está poniendo alma
de cantautor… Lo curioso es que todas las letras que se me ocurren, ya están
escritas. Han sido otros los que se han adelantado y explicado mejor de lo que
lo hubiera hecho yo lo que me late por dentro… es más, empiezo a pensar que
todas las canciones que escucho hablan de ti… y de mí… hablan de nosotros. Todas
cuentan lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos…. Hablan de las siestas que
no compartimos, de las copas de vino que nos quedaron pendientes, de los
abrazos y besos que no nos dimos aunque los deseamos… Riman sobre el silencio y
la soledad, sobre la tristeza, sobre caminar con los hombros cargados,
arrastrando los pies, sobre llevar días sin sonreír… Y también hablan sobre las pecas que no acabé de conocer de tu
cuerpo, sobre tu voz susurrándome al oído, sobre tus ojos brillando al mirarme,
sobre tus caricias sobre mi mano… y hablan de lo que me contaste con silencios,
de las palabras que no me dijiste, de los sentimientos que no fuiste capaz de
confesarme… y, por supuesto hablan de todo lo que queremos ser, incluyendo,
unos desconocidos. Ahora, al contarte todo, esto siento frío, creo que necesito
echarme una rebequita por encima...
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