jueves, marzo 01, 2007

el confesor (2006, daniel silva)

No pensaba yo hablar de esto, aunque tampoco recuerdo cuál era el motivo que hoy me impulsaba a escribir, pero ha habido un hecho que me ha obligado a variar mis pensamientos iniciales. Uno de esas situaciones que te hacen replantearte ciertas cosas, bueno, al menos a mí. Ha sido algo aislado, incluso podría parecer nimio, pero quizás pueda ser interesante reflexionar sobre ello. El caso es que hoy he bajado, como cada día, a media mañana, a tomarme un cafetito (bueno, en su momento reconocí mi adicción y la guerra que mantengo contra los azucarillos) y luego no he podido volver a subir al trabajo. ¿El motivo? Fácil, mi pueblo está lleno de obras por todas partes y claro, en algún momento, podía pasar. Un operario ha perforado una tubería de gas produciendo un escape.

La verdad es que no he escuchado ningún estruendo. Nada que pudiese hacer pensar nada extraño. Bueno, sí, se respiraba un aroma viciado, un olor muy fuerte, profundo. Un efluvio que parecía proceder de lo más íntimo de las ciudades y pueblos. Al tratar de subir de nuevo al escritorio, en el que durante el horario laboral me enfrento a otras vicisitudes, un trabajador me lo impidió indicándome el origen del efluvio. Y como casi todo el mundo, levanté la vista. La perforación había sido en el suelo, sin embargo, mirábamos hacia los tejados, a ver si éramos capaces de distinguir como subía el gas y lo único que podíamos distinguir era una especie de corriente difuminada, un siseo continuo y un nauseabundo olor.

En fin, llegaron los bomberos con sus brillantes camiones colorados y sus sirenas y toda esa parafernalia. Nos hicieron retroceder unos metros a los curiosos (que una característica del reino es que nos podemos estar muriendo, que si hay algo que cotillera, nos vamos a quedar mirando) y se dispusieron a sellar la fuga. Así que como no podía trabajar, me fui a casa, mientras me preguntaba por qué le llamarían, a quienes morían gaseados, la "muerte dulce". Quizás no sufras, pero olía a mil demonios.


PD: ¿Y qué pasará con el pobre trabajador que, involuntariamente, agujereó la tubería? ¿Le despedirán? ¿Lo amonestarán? ¿Qué culpa tiene él de no tener rayos x en la vista y no poder comprobar que hay bajo el pavimento antes de utilizar el martillo neumático?

1 ingredientes:

Anónimo dijo...

EL GAS EN SU ESTADO NATURAL ES INOLORO,QUIENES LO COMERCIALIZAN AÑADEN UN ADITIVO PARA EVITAR QUE HAYAN ESCAPES QUE NO SE DETECTEN.HACE ALGUN TIEMPO EN EL SITIO DONDE TRABAJO HUBO UNA FUGA,NO NOS HABIAMOS DADO CUENTA(POCO ADITIVO,CREO)LLAMARON AL TECNICO PORQUE EL AGUA SALIA FRIA,NOS HABLO DEL PELIGRO DE LA "MUERTE DULCE",LA VERDAD ES QUE HABIA MOMENTOS EN QUE NOS SENTIAMOS DEMASIADO RELAJADOSSSZZZ.

| Top ↑ |