miércoles, marzo 07, 2007

raindrops keep falling on my head (1968, b.j. thomas)

Ha vuelto a aparecer la lluvia. Llevábamos unos cuantos días sin ella. Casi, casi permanecía en el olvido. La habíamos guardado en un cajoncito y habíamos apilado unas cuantas cosas encima y ya no nos acordábamos, pero ... ha regresado. No sé si para quedarse, pero lo ha hecho. El caso es que este tiempo, no voy a decir que me deprime, porque tampoco sería cierto, pero sí que me llena de cierta melancolía. Unas veces son recuerdos que transmiten cierta tristeza, una añoranza sobre las cosas y sensaciones perdidas; otras veces son sólo recuerdos. Ni buenos ni malos, recuerdos. Y hoy, con el agua cayendo, me he acordado de las botas de agua, bueno, en mi pueblo, siempre le hemos llamado katiuskas. Pues eso, que han venido a mi memoria las katiuskas. Curioso nombre.

Siempre me llamó la atención ese nombre. Un poco rudo, algo musical (tengo predilección por palabras con la letra "i" dentro de ellas), y contundente. Decías katiuskas y todo el mundo sabía a qué te estabas refiriendo. Bueno, la verdad, es que hace años, cuando yo las calzaba tampoco existían demasiados modelos, ni colores. Prácticamente todas eran iguales. Azul oscuro y la suela en un marroncito claro. Para las niñas creo que aún existía algún otro color, pero vamos, más o menos, lo mismo. Me parece que gran parte de los niños de mi generación las hemos utilizado, nos las hemos puesto y hemos corrido, saltado por encima de los charcos a fin de comp5robar que no nos mojábamos. ¡Ah! Eso sí, con los pantalones por dentro de ellas, no fuera que las madres nos riñeran por mojar lo que ahora se denomina bajos del pantalón, cuando siempre los hemos llamado dobladillo (porque antes se cogía dobladillo al pantalón, pero eso es otra historia).

Con el tiempo me enteré que el nombre provenía de una zarzuela. El caso es que un compositor español (Pablo Sorozábal, por dar un aporte cultural al blog) estrenó una obra que se titulaba Katiuska(otro aporte cultural, es el diminutivo ruso de Katia). ¿Y la protagonista llevaba? Efectivamente, unas botas altas. Fácil hacer la deducción. Curioso el calzado y curioso el origen del nombre. En fin, que el día de hoy, me ha hecho acordarme de aquellas botas de mi niñez. Ha sido un grato recuerdo.


PD: ¿Aún se fabrican? Imagino que sí, pero me refiero ¿aún se fabrican para personas mayores, especialmente varones, sin que parezcan botas de pocero o pescador o algún tipo de trabajador?

1 ingredientes:

Anónimo dijo...

YO CREO QUE A TODAS LAS PERSONAS NOS ATRAEN ESTAS BOTAS,ANTE TODO A LAS CHICAS,SON BOTAS ALEGRES,ESO,MUY ALEGRES!!!!

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