
Por si fuera poco, no soy muy partidario de los productos farmacéuticos para aliviar el dolor. No, no soy masoquista (siempre he pensado que en eso, a mí me molaría más ser sado, vamos ser el que pega y no el que recibe, pero ése es otro tema), lo que ocurre es que tengo la sensación que con ellos, el alivio es momentáneo, pasajero y al cabo de un tiempo el dolor ataca de nuevo. También pienso, que si el dolor se produce sobre el nervio, y eso altera mi estado emocional, debo de tranquilizarme para conseguir cierta paz que haga mitigar ese dolor. Efectivamente, lo sé, tremendamente científico, pero es lo que hay. Mejor dicho, consigo hacerlo, logro llegar a ese punto en el que el dolor se transforma en molestia. Sólo necesito silencio, en ocasiones he utilizado música ambiental, y también ha funcionado, pero el silencio es fundamental. E incluso dormir, eso es mano de santo, el problema es conciliar el sueño, pero cuando me despierto, estoy como nuevo. Aunque sólo hayan sido unos minutos. En fin, que me desvío. Que me duele una muela mucho, y escribir no me está relajando como yo pensaba, así que voy a buscar en otro sitio mi paz interior.
PD: ¿Tiene mucho sentido utilizar el hilo dental después de cepillarse los dientes y enjuagárselos? ¿A quién se le ocurrió liar un carrete de hilo dentro de una cajita y decir que es bueno para la higiene bucal? ¡¡Vaya crack!!
0 ingredientes:
Publicar un comentario