martes, abril 10, 2007

tener y no tener (1944, howard hawks)

Hoy toca historia y reflexión. Cuando estuve viviendo en la ciudad condal, al final de mi estancia, acuñé un término que englobaba algo que, en aquel momento, era muy importante para mí. Hablaba de abrazos. Y necesitaba que la gente, mis amigos, mis compañeros, me los proporcionasen. Desde luego, todo esto fue antes de la tontería esa de los "abrazos gratis", que, sin ser una mala idea, a mi entender, tiene un punto de partida erróneo. Los abrazos no se regalan, ni se anuncia que se regalan, ni nada de eso. Los abrazos se dan. Y punto. Es más, se dan cuando el receptor del mismo los necesita, no cuando va andando por la calle y se le acerca alguien con cartel anunciando que tiene abrazos gratis. ¡Faltaría más! Que encima los cobrase.

El tema es que yo no me refería a esas manifestaciones físicas de cariño, no. Lo mío iba más encaminado a ese abrazo espiritual, a ese "estoy aquí para cuando lo necesites". Contaré una historia. Estaba allí, entrenando. Era viernes, al día siguiente jugábamos los octavos de final. Nunca los chavales se habían visto en una situación similar. Mis amigos, me hicieron salir de casa y nos fuimos a cenar. Después estuvimos de sobremesa, junto a un par de cervezas, hablando de baloncesto y de lo que no es baloncesto. De lo divino y de lo terrenal. Eran ya las dos de la mañana y había que ir a dormir, a las ocho había quedado con los chavales. Fuimos. Jugamos. Ganamos. Lo mejor de todo fue, que ellos, mis amigos, los frikis del otro día, MIS frikis, un cuarto de hora antes de que empezase el partido, estaban allí. En la grada. Para que les viese. Para que supiese, que podía contar con ellos. Más tarde, yo pagué los cafés y les di ese abrazo físico, ese abrazo profundo, de corazón, ése en el que aprietas con fuerza y no necesitas decir nada porque todo se transmite con el gesto.


PD: ¿Cuántas veces hemos necesitado un abrazo? ¿Cuántas nos lo han dado? ¿Cuántas veces han necesitado nuestro abrazo? ¿Cuántas lo hemos dado? Yo, como le dijo Marie Slim a Harry Morgan, te digo: “Si me necesitas, silba”.

0 ingredientes:

| Top ↑ |