miércoles, mayo 09, 2007

color esperanza (2001, diego torres)

Estoy casi, casi, hasta contento. Satisfecho es una palabra que describe muy bien mis actuales sensaciones. Leyendo la prensa, me he enterado que los habitantes del Reino reciclaron casi el 51 por ciento de los envases de vidrio en 2006. Estamos más cerca de lograr el 60 por ciento que nos marca la Directiva Europea pero aún es necesario realizar un mayor esfuerzo para conseguirlo. Y digo que estoy satisfecho, porque, quizás, aún no hay que perder la fe en la raza humana. Tal vez, aún nos importa este lugar en el que vivimos (llámale planeta, tierra, continente, país, o, como yo, el Reino y mi pueblo). Tal vez, aún hay esperanza y ni el agujero de la capa de ozono (que parece que ya se nos ha olvidado), ni el cambio climático, ni ... nos derroten todavía. Basta con que todos colaboremos un poquito.

Las cifras que han dado a conocer marean un poco, porque entre toneladas, porcentajes, medias, objetivos y demás, pues eso, que nos pueden confundir. Pero vamos a ver, si soy capaz de explicarlo facilito. Se supone que cada habitante del Reino ha depositado en los contenedores de vidrio 12,9 kilos de envases de vidrio, cerca de un kilo y medio más que en 2005 (no sé, pero muchas botellas he debido llevar al contenedor y no me he enterado). Entre la ministra de Medio Ambiente (que sí, que hay un ministerio de eso) y el Presidente de Ecovidrio (que es una empresa ... ¿a qué se dedicará con ese nombre?), han presentado los datos sobre el reciclado de vidrio durante el año 2006. Así, ya reciclamos el 50,8 por ciento, esto significa que de las 1.654.000 toneladas de envases de vidrio puestos en el mercado en 2006, se reciclaron un total de 840.131 toneladas.

De las 840.000 toneladas recogidas, 577.000 correspondieron a la aportación ciudadana en los contenedores verdes. El incremento respecto al año pasado, es fruto del esfuerzo llevado a cabo por los agentes implicados en la recogida selectiva de residuos de envases de vidrio, envasadores, administraciones públicas, ciudadanos y sector hostelero.
Pues eso, que aún no está todo perdido.


PD: ¿Nos importa lo que nos rodea? ¿Sólo estamos de paso y que apechuguen próximas generaciones? ¿Somos respetuosos con nuestro entorno? Si en un bosque cae un árbol y no hay nadie cerca como para oírlo ¿hace ruido?

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