
Bien, pues la “Reina Tacaña” (esto es cosa de la prensa norteamericana, no mía), aquélla que dijo "Nosotros no pagamos impuestos. Sólo la gente corriente los paga", va y se muere. Y, naturalmente, deja testamento. Y aquí comienza la “felicidad familiar”: su querido maltés blanco (esto es una raza de perro, no la nacionalidad de un amante) ha heredado ¡¡¡12 millones de dólares!!!. Es para flipar. Su hermano, y, en lo sucesivo, tutor del animalito, 2 millones. Y cuando llega el turno de los nietos…. ¡¡¡SORPRESA!!! A dos de los cuatro nietos, les deja cinco millones de dólares …. con la condición de que visiten la tumba de su padre una vez al año, y dejó escrito que si no lo hacen, ninguno recibirá un solo centavo. ¿Y a los otros dos nietos? (por cierto, hermanos de los que heredan) no les dejó nada por "razones que ellos conocen". Hmmmm ¡¡Qué bonita unidad familiar!!
Al chofer le tocó también una pedrea y percibirá unos cien mil dólares, que tampoco está nada mal.
PD: ¿Qué hace un perro con tanto dinero? ¿Se hartará de whiskas y pelotitas de tenis? ¿Este perro tendrá monedero o billetera?
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