Día CERO. Definitivamente, no me cabe la vida en una maleta. Creo que también ayuda el hecho de que siempre he sido un poco Diógenes, pero no me cabe todo lo que me quiero llevar en una maleta. Y es jodido. Jodido y doloroso. He tenido que establecer un orden de prioridades sobre qué era conveniente llevar y qué no. Al final, de lo que me llevo, no me dejo nada. Seguro que acabo echando cosas de menos, muchas. Tratar de meter una habitación con todas sus cosas, con el contenido de sus armarios, de la librería, de los cajones, de .... es complicado. Muy complicado. Creo que llevo todo lo necesario, pero sólo lo creo. Cuando deshaga la maleta será muy probable que empiece a extrañar cosas.
Me ha costado dormirme esta noche. No eran nervios, nada de eso. Era... no sé lo que era, pero he dado unas cuantas vueltas en la cama y cuando la sábana empezaba a estrangularme, creo que ése ha sido el momento en que he perdido el conocimiento. El trayecto en tren se me ha hecho eterno, apenas tres horas, pero eternas, larguísimas... Ya no sé si ha sido por lo que he dejado atrás o por lo que me espera delante... Dudas, muchas dudas...
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Afronta tu camino con coraje, no tengas miedo de las críticas de los demás. Y, sobre todo, no te dejes paralizar por tus propias críticas...Paulo Coelho
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