Si la más famosa criatura de Quino, y paradigma de los odiadores de sopa te invita a ir a un concierto y añade que estarán también un tímido tortugo y la aureola en marcha atrás de Depeche Mode, no existe otra respuesta que “¡¡Sí!! ¿Cuándo?”. Es lo que hay, que soy de fácil convencer... Este encuentro se vino gestando durante la última semana y se materializó el viernes, pero uno es lento escribiendo cosas que le pasan. Si además, resulta que luego, están un tipo que sabe muuuuucho de música y la versión guipuzcoana de Shrek, pues, como no puede ser de otra manera, la velada se convierte en algo fantástico. Mención y loor especial para Regina y Carlos por su paciencia cuando la tecnología se apoderó del resto...
Massive Attack, que eran los protagonistas, fueron la excusa real para conocer, en vivo y en directo, a personas con las que me interrelaciono a diario. El concierto, aunque no es mi tipo de música, estuvo muy bien, al fin al cabo, me sorprendí en algún momento tratando de seguir el ritmo con los pies (no me atrevo a decir bailando). El juego de luces, la enoooorme pantalla de leds que acompañaban a las voces de, por ejemplo, Martina Topley Bird fue un lujazo (eso sí, distraen bastante). Se agradece también el esfuerzo de que los rótulos que aparecían en la pantallita estuviesen en la lengua de Cervantes. Que sí, que lo sé, marketing, pero, a veces, también hay que pensar en eso…
PD: ¿Todo depende de las elecciones que hacemos? ¿Y si no hubiese ido? ¿Hay algo ya predestinado?
4 ingredientes:
coño, yo me perdí lo de la bomba... menos mal... :)
sí, fue un momento.... intenso....
Yo había dejado un comentario aquí...estoy segura...
Sólo decía que me disteis envidia...pero que ya llegará mi momento...
Besos...
y sigue sin recordarme...
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