Hoy tengo ganas de guerra. Así que hoy toca "Guerra Santa". Pongámonos en situación. Un pueblecito castellano conocido por sus vino. Una niña celíaca (esto es, que no puede comer alimentos con gluten). 9 añitos. Le ha llegado el momento de hacer la Primera Comunión. Un sacerdote intransigente. Y ya tenemos lío montado. Así que voy a desenfundar mi "no-espada". ¿Pues no tiene el cura los santos (nunca mejor dicho) cojones de decir a la niña que no puede comulgar? Que la hostia es la hostia y no hay más que hablar. En el pueblo de al lado (que no sé si son más modernos o más caritativos) sí que tienen unas obleas preparadas para estos casos. Y encima, el tío va y le dice a un periodista que no le gusta la publicidad que le están haciendo.
A ver, "atontao", que a lo mejor no te has enterado, pero aquí estamos mi amiga y yo que te lo vamos a explicar clarito para que no te pierdas. Resulta que, según me han contado a mi siempre, Dios está en todas partes (hasta en las hostias especiales para celiacos). Una de las virtudes del cristianismo (sí, de eso de lo cual eres ministro) es la Caridad, que no te has debido de enterar. Pero no te preocupes, que te ilumino. En la Biblia, sin ir más lejos, San Pedro (sobre el que se construyó la Iglesia, ¿no?) va y es cribe a los Corintios, y en su primera carta les habla de la caridad (capítulo 13, versículo 13, para que no tengas que buscar).
Pues nada, que como además me imagino que tienes el local lleno a rebosar, y que te falta espacio para que entre todo el mundo, has decidido colgar el cartel de derecho de admisión. Pues nada, que te vaya bien. Luego no te quejes de la falta de valores de la gente joven, ¿eh? Que a ver si vas a tener responsabilidad en eso. Que si de pequeños quieren entrar y no les dejas, luego de mayores, quizás, no quieran ni acercarse.
PD: En cuanto a lo de la publicidad ... No sé que decirte, si lo has hecho sólo tú. Además, si eres tú el Director de Marketing del negocio en ese pueblo, ¿no? Hay que esmerarse, tío. No quiero dejarte sin contarte que las habituales del local están contigo. Que han dicho que les parece mal, pero que si tú lo has dicho .... Ten cuidado, que, quizás, tienen miedo de que apliques el derecho de admisión con ellas. Y claro, tú y yo sabemos que, entonces, quizás no tienen demasiada Fe (otra de las virtudes). Y cuando no se tiene Fe, no se va al local, salvo por obligación. Así que tengo la Esperanza (la virtud que faltaba) de que rectifiques. Pero bueno, tú mismo. Antes de que se me olvide, no ejercer como buen cristiano es pecado, ¿no? Vale, pues espérame con Pedro Botero, que yo ya iré un día a visitarte.
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