martes, abril 03, 2007

marinero en tierra (1925, rafael alberti)

Hoy quiero presentar a alguien. Es una persona, que junto a otras, conviven conmigo desde hace, unos trece años. Reconozco que apenas hablo de ellos, que no siempre tengo trato con estas personas, que soy egoísta los quiero sólo para mí. Pero hoy he decidido presentar a uno de ellos. Le tengo muchísimo aprecio y cariño. De hecho, podría decirse que le quiero mucho, como si fuese de mi propia familia, porque, en el fondo, tiene algo de ella. Quizás, él sea también uno de mis fantasmas. Hace más de una década lo describí exactamente como en las líneas que siguen. Se llama Martín. Y es pescador.

"Era el capitán un hombre rudo. pasaba con mucho de la setentena y su rostro, surcado por el océano, delataba tal edad, algo a lo que ayudaba su tez morena y las innumerables arrugas que poblaban su cara. Sus pequeños ojos de color miel, se mostraban siempre inquisitivos y su fría mirada parecía captarlo todo, La nariz, aguileña, y su canosa barba, eran los rasgos más destacados de este pequeño pescador. Hombros anchos y manos rugosas completaban la fisonomía de un hombre que se había hecho a sí mismo. Encorvado y con paso cansino, ayudado por un firme bastón de roble, su figura era inconfundible al verla deambular por el puerto. Su nombre: Martín. Martín era un ser introvertido, en ocasiones, arisco, pero todo el mundo sabía que bajo esa barba plateada, bajo esa deshilachada gorra de capitán, se ocultaba un hombre hecho de una "pasta especial". Un corazón de oro".

Con el tiempo, le he conocido mejor y, posiblemente, ya no lo describiese así. Mientras eso ocurre, paseando despacio, sin prisa, acudirá a su pequeño pueblo costero, a su vida cotidiana y allí se relacionará con Bernardo, Julián, don Javier, Dolores, Raúl, ... Quizás, algún día, allí también vaya Lucas Sánchez y beba un grog junto a Martín en la taberna. Pero eso, es ya otra historia.


PD: ¿No hemos idealizado nunca a una persona y cuándo la hemos conocido nuestras expectativas se han derrumbado como un castillo de naipes? ¿No hemos hablado solos nunca? ¿No hemos fantaseado con distintas situaciones? Alguien dijo alguna vez que todos tenemos un poco de músicos, un poco de locos y un poco de poetas. ¿Qué predomina en ti? Yo tengo claro lo que manda en mí.

0 ingredientes:

| Top ↑ |