jueves, mayo 17, 2007

besos robados (1968, francois truffaut)

Cantaba (y contaba) Serrat, que en el Roxy que él recordaba, echaban películas de esas de amores imposibles y pasiones desatadas y violentas. Y, creo yo, que no sólo en la pantalla se producían las situaciones que describía en nen del Poble Sec. En mayor o menor medida, todos hemos experimentado la excitación que produce la penumbra de la sala, nuestra pareja sentada al lado, la carga sensual que (posiblemente, producto de nuestra imaginación) hemos creído respirar, ... Esa mano que busca compañía. Esas caricias furtivas. Esos besos robados. Esas miradas al otro sin que se dé cuenta. Esos silencios con los ojos enfrentados y una dulce sonrisa en los labios. De nuevo, un beso robado más. Una caricia. Un susurro. Una palabra bonita.

Entrar agarrados de la mano, guiando los pasos por delante de ella, mientras se asciende por los peldaños hasta las butacas. Desear que en la sala apenas haya gente para ver la película. Que unas filas más adelante, varias parejas hablen en voz baja mientras esperan que se inicie la proyección. Que el reposa-brazos se convierta en una infranqueable frontera que impida que nuestros cuerpos se acerquen más. Que una de mis manos ya se haya deslizado hasta su cuello mientras mis dedos se enredan en sus cabellos. Que recuerde que hace ya un rato que no siento el sabor de sus labios. Acariciar su cara con la palma de la mano mientras la besas. Que las luces se apaguen.

Mirar fijamente su perfil durante un rato sin abrir la boca mientras ella se supone que está concentrada viendo la pantalla. Deslizar una mano atrevida por su muslo. Los dedos avanzando suavemente por su pierna, como un cosquilleo, como una caricia eterna. Sentir como su mano también te acaricia. Debatirse entre los deseos y la prudencia. Entre la lujuria y la moral. Dejar que sea la naturaleza de cada uno quien decida, …. Supongo que esto no es tan extraño, que todos lo hemos sentido, o, tal vez, hemos deseado vivirlo. Aunque, en el fondo, no sean más que inocentes juegos de manos.


PD: ¿Está el erotismo presente en nuestras vidas? ¿Por qué aquello que hacíamos de jóvenes, ya no lo hacemos de mayores? ¿La edad? ¿La prudencia? ¿La madurez?

1 ingredientes:

Anónimo dijo...

Toda una caricia para este recuerdo de juventud,muy romantica y muy bonita.Buena entrada.

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