lunes, mayo 21, 2007

¿en qué creen los que no creen? (1996, umberto eco y carlo maría martini)

No recuerdo cuál fue el primer libro que leí, posiblemente uno de la colección El Barco de Vapor, al menos, eso pienso. Pero mis recuerdos son vagos, así que tampoco pondría la mano en el fuego por ello. Lo que sí es seguro, es que ése fue el que me enganchó a la lectura. Me temo que con él, acompañé a fray Perico en sus aventuras, reímos con fray Cucufate, nos emocionamos, corrimos por el convento, barrimos juntos, ... Más tarde, conocí al pirata Garrapata, y tratamos de abordar otros navíos, pero todo se convertía en un desastre tras otro, mientras tratábamos de conquistar el corazón de Floripondia. Conocí a Luis, el Pampinoplas, comí Caramelos de Menta, estuve con Aniceto, el vencecanguelos, tuve una Abuelita Opalina, me crié con Gran-Lobo-Salvaje, viví las Historias de Ninguno y quise ser gente, como Jesuso.

Me hice mayor, y a fray Perico y a Garrapata, les acompañaron Nube de Noviembre, el mensaje de maese Zamaor, descubrí un Asesinato en el “Canadian Express”, padecí Terror en Winnipeg, sufrí una Pesadilla en Vancouver y mendigué con Cucho. Tiempo después, fui la Hija del Espantapájaros, desarrollé mi ternura con Veva, investigué con Alfred Hitchcok y los Tres Investigadores, con los Hollister, con los Gemelos, con los Cinco, con los 6 amigos, con ... Obviamente, también Grimm, Andersen, Verne, Stevenson, Ende, .... me acompañaron a lugares fantásticos y maravillosos, donde deliciosas experiencias. Aunque, finalmente, Don César de Echagüe, con su alter ego “El Coyote”, junto con la hermosa Guadalupe, el fiel Ricardo Yesares, los disciplinados hermanos Lugones, el malvado redimido Juan Nepomuceno Mariñas “El Diablo”, ..... fueron los que acabaron por inculcarme el deseo de devorar libros.

Sin embargo, de dos títulos tengo un gran recuerdo. Son dos pequeños tesoros. Dos joyitas que, de vez cuando vuelvo a leer. Uno (regalo de una amiga hace muchos años) es El Zulo, una bonita historia; el otro, simplemente, se lo robé a mi padre, La escuela de don Cato. Me encantan ambos, aunque más el segundo, que me transporta a mi infancia, cuando era inocente y tierno. Quizás, algún día, antes de acostarte, te lea unas líneas. Puede que así, consiga que sueñes bonito.


PD: ¿Hay algún libro que te ha marcado? ¿Uno de esos que lees con gusto varias veces? ¿De esos con los que te deleitas en cada palabra? ¿Uno de esos que te hace ser un personaje más? ¿Por qué ya nadie me lee cuentos antes de dormir?
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