martes, mayo 15, 2007

pradera de san isidro (1850, paulino de la linde)

Sigo con el tema de los santos, que no sé porqué pero últimamente me ha dado por ahí. En fin, será que estoy atravesando una etapa mística en mi vida. O no. No lo sé. Bueno, de todos modos, que hoy se celebra San Isidro. A quien sea profano en estos temas, quizás el nombre no le diga nada, pero a quienes les resulte más conocido, sabrán que me refiero a uno de esos santos que tienen apellido. En este caso, Labrador. San Isidro Labrador. No todos pueden ser tan fácilmente identificables. Por ejemplo, Sant Jordi, es sólo Sant Jordi, sin apellidos, o San Mateo, o San Juan, o San Pedro, o .... pero no San Isidro, que tenía profesión (y orgulloso que estaba de ella): Labrador.

Son varios los milagros que se atribuyen al santo, encontrándose entre los más famosos el del pozo (en el que, gracias a su oración, las aguas de un pozo subieron para poder rescatar a su hijo, que posteriormente será conocido como San Illán, que había caído en él), y de los Ángeles, popularmente narrado como que los ángeles araban el campo mientras que San Isidro rezaba (aunque según las actas de la canonización, Iván de Vargas, su amo, vio cómo dos Ángeles ayudaban a San Isidro a arar más rápido tras haberse detenido éste anteriormente a rezar en todas las parroquias por las que pasaba). Por cierto, él San Isidro, su hijo San Illán, ¿y su mujer? ... Santa María de la Cabeza. Esto debió ser una familia muy buena, porque si no... no lo entiendo.

Cuando hay algo que celebrar, la capital del Reino recupera su original espíritu de villa y se torna popular y muy próxima al visitante. Se sacan del armario los trajes castizos y se asiste a las verbenas para bailar al son de un organillo. Lo más importante es la verbena. Allí, no faltan los gigantes, los cabezudos y los pequeños teatros. Hay muchísimas actividades que invitan al divertimento, todo, en honor de San Isidro.

Muchos van en este día al Prado de San Isidro para pasar el día comiendo un rico cocido al aire libre, visitar la ermita de San Isidro y poder beber el agua que mana de la fuente del santo buscando la salud y la purificación. Allí podemos encontrar a muchas personas vestidas de chulapos o chulapas. Durante este día suena continuamente el chotis. La algarabía de los barquilleros y la música de los organilleros acompañan la fiesta durante todo el día.


PD: ¿Por qué me gustará ver a la gente en la calle? ¿Por qué me alegro cuando un pueblo sale a la calle para festejar sus fiestas? ¿Será que, en el fondo, disfruto con las alegrías de los demás?

0 ingredientes:

| Top ↑ |