domingo, julio 22, 2007

acuerdate bien de mi cara (2006, la caja de pandora)

Hoy tengo ganas de batirme en duelo. Mira tú por dónde. Así, sin más. Que me he levantado hoy pendenciero, y me he dicho vamos a desenvainar a la que no tiene nombre (aún) y a ver con quien nos citamos. Y, sin querer, me los he encontrado. Porque son varios. Son personas que me irritan. Resulta que me molestan mucho esos famosos, que sin haber hecho nada en su vida, o, al menos, nada loable, sean considerados como tales. Y no me estoy refiriendo a aquéllos que copan portadas de revistas y minutos en televisión. No, no van por ahí los tiros. Son personas de las cuales todos hemos oído hablar y, que, sin embargo, su mayor virtud fue tener algo en propiedad. Y por eso pasaron a la historia. ¡¡Hay que joderse!!

Pondré sólo tres ejemplos, porque si no, será esto demasiado largo. Empecemos por Pandora. Conocida mundialmente por tener una caja. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Resulta que tienes una caja y ya eres famosa por los siglos de los siglos. ¿Era la única persona en el mundo que tenía una caja? ¿Ni quien la inventó se quedó una copia? Porque, que yo sepa, ella no la inventó. Eso sí, pasó a la historia como “la caja de Pandora”. Es más, te nombran a Pandora y lo primero en lo que piensas es en la puñetera caja.

Otro elemento que ha pasado a la historia ha sido el caballo de Espartero. ¿Por qué? Por tener los cojones enormes. Así, como suena. Ni nombre tiene. Hemos oído hablar de Rocinante, Babieca, ... pero del caballito del general sólo sabemos que la Naturaleza le dotó de unos tremendos atributos. Gran mérito para pasar a la posteridad, ¿no?

Dejo para el final a alguien que es más ... local. Vamos, que es conocido sólo en el Reino. ¿Su valía? Ser poseedor (atención) de unos ... palotes. ¿Es para flipar o no? Porque además, no tenía un nombre que diese lugar a su importancia. Perico se llamaba. O sea, que la gran virtud, el hecho de que su leyenda pase de padres a hijos, generación tras generación, es que tenía, no unos palos, no, unos palotes. Increíble.

Hay más, pero, si acaso, los dejo para otro día: Ambrosio y su carabina, Damocles y su espada (otro que también tenía una espada), Pedro Botero (mira éste con apellido y todo) y sus calderas, .... lo mismo, cualquier día Ana Rosa escribe un libro y se hace famosa por ello


PD: ¿Soy yo o ahora cualquiera puede tener sus quince minutos de gloria por cualquier cosa? ¿Tanto deseo hay de hacerse con notoriedad?

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