Ya he comentado otras veces, bastantes creo, que soy hipocondríaco y aprehensivo. Pues bien, a partir de ahora creo que tendré que añadir que soy fóbico. No sé exactamente a qué, bueno, en realidad, creo que soy algo fobofóbico, es decir, que tengo miedo de tener fobias. Y cuidado, que no es éste un tema para bromear. He estado investigando un poco sobre las fobias y me he encontrado una cantidad ingente de miedos. Algunos conocidos, aunque no supiese el nombre exacto. Otros, que me han hecho reflexionar sobre ese temor y sus consecuencias. Y unos últimos, que, cuando menos, me han extrañado. Omitiré hablar del miedo a los animales (principalmente insectos) y del miedo a contraer distintas enfermedades. Tampoco hablaré de esas fobias ya conocidas al agua, a la luz, a las alturas, a los lugares públicos ....
Prefiero centrarme en esas fobias, que no siendo conocidas, me han hecho pensar en su alcance. Me preocupa cómo funciona nuestra mente, de tal modo, que nos sentimos bloqueados, al tiempo que indefensos, ante determinadas situaciones. Comienzo a sufrir por los autofóbicos, esas personas que tienen miedo de la soledad, por los belonefóbicos (más corriente de lo que yo creía) que tienen miedo a las agujas (y, ojo, que todos vamos alguna vez al médico), por los ablutofóbicos cuyo temor es bañarse o lavarse, por los ...
Y no es simplemente miedo. Es algo más. Es temor. Rechazo. Angustia. Y también es incomprensión. Dolor. Ansiedad. Tormento. Desconsuelo. Es algo superior a uno mismo. Algo interno que te hace inseguro. Vulnerable. Débil. Algo contra lo que te quieres rebelar y no puedes. Imagina tu mayor miedo, proyéctalo en algo común, cotidiano, normal. Siente miedo, auténtico pavor por la luz, por los sonidos, por el viento, por la lluvia, por las calles, por las personas, por caminar .... y ahora trata de vivir con ellos todos y cada uno de los días de tu vida. ¿Aún estarías cuerdo? ¿Habrías enloquecido?
Para la curiosidad, queda el miedo al amarillo, al número 666, a las flautas, a los bastones, a las plumas ....
PD: ¿Cómo funciona nuestra mente para crearnos esos miedos? ¿Qué se encierra en nosotros mismos para hacernos tan vulnerables? ¿Cuánto somos capaces de sufrir por un miedo?
Prefiero centrarme en esas fobias, que no siendo conocidas, me han hecho pensar en su alcance. Me preocupa cómo funciona nuestra mente, de tal modo, que nos sentimos bloqueados, al tiempo que indefensos, ante determinadas situaciones. Comienzo a sufrir por los autofóbicos, esas personas que tienen miedo de la soledad, por los belonefóbicos (más corriente de lo que yo creía) que tienen miedo a las agujas (y, ojo, que todos vamos alguna vez al médico), por los ablutofóbicos cuyo temor es bañarse o lavarse, por los ...
Y no es simplemente miedo. Es algo más. Es temor. Rechazo. Angustia. Y también es incomprensión. Dolor. Ansiedad. Tormento. Desconsuelo. Es algo superior a uno mismo. Algo interno que te hace inseguro. Vulnerable. Débil. Algo contra lo que te quieres rebelar y no puedes. Imagina tu mayor miedo, proyéctalo en algo común, cotidiano, normal. Siente miedo, auténtico pavor por la luz, por los sonidos, por el viento, por la lluvia, por las calles, por las personas, por caminar .... y ahora trata de vivir con ellos todos y cada uno de los días de tu vida. ¿Aún estarías cuerdo? ¿Habrías enloquecido?
Para la curiosidad, queda el miedo al amarillo, al número 666, a las flautas, a los bastones, a las plumas ....
PD: ¿Cómo funciona nuestra mente para crearnos esos miedos? ¿Qué se encierra en nosotros mismos para hacernos tan vulnerables? ¿Cuánto somos capaces de sufrir por un miedo?
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