lunes, septiembre 17, 2007

negro y violeta (1924, vasili kandinsky)

Cuenta la leyenda que Zeus (rey de dioses) se enamoró de una joven fenicia llamada Europa, y, dispuesto a recibir también su amor, decidió seducirla o violarla, siendo ambas versiones casi equivalentes en la mitología griega (quedémonos mejor con la idea de seducción). Se transformó en un toro blanco y se mezcló con las manadas de su padre. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, viendo que era manso, terminó por subir a su lomo. Zeus aprovechó esa oportunidad y corrió al mar, nadando con ella a su espalda hasta la isla de Creta. Entonces reveló su auténtica identidad y Europa se convirtió en la primera reina de Creta. El acto amoroso tuvo lugar bajo un plátano, árbol que según la mitología debe el que sus hojas sean perennes a este acontecimiento.

Todo esto está muy bien, y es muy onírico, y todo eso, pero …. Resulta que en la mitología griega, por más que he mirado, rebuscado, estudiado, investigado, … no aparece ningún norteamericano nacionalizado ruso con el nombre de Holden. Ni tan siquiera entre los titanes, mitos o héroes. Nada, que no encuentro nada que diga que apareciese este muchacho y a falta de dos segundos y siete décimas evitase que Europa fuese conquistada por un toro. Así que me quedan dos opciones, o bien en el tema de los dioses griegos se ha perdido este episodio a lo largo de los tiempos, o bien, que la acción del chaval éste no estaba prevista. Y me temo que se trata de la segunda posibilidad.

Hubo tiempo para un último lanzamiento. Uno de esos que todo el mundo sueña. Uno en último segundo. Uno que puede darte un título. Pero esta vez, otra divinidad helena, Tiqué, nos volvió la espalda. Decidió mirar hacia otro lado, justo en el instante en que más necesitábamos su atención, su presencia, su ayuda. Y así, de este modo, las hojas de laurel fueron para otros. La medalla dorada se convirtió en posesión del rival. Pero recordaremos, que nosotros nos convertimos en SUBCAMPEONES DE EUROPA. Y eso, no siempre se consigue.


PD: ¿Puede medirse todo lo que duele rozar el objetivo con las yemas y luego perderlo? ¿Cuánto tarda en sanar esa herida? ¿Nos afectará esa derrota en futuras situaciones similares?

0 ingredientes:

| Top ↑ |