sábado, octubre 13, 2007

¿quién se sentó sobre mi dedo? (1984, laura devetach)

¿Te has cortado alguna vez un dedo? ¿No? Trata de hacerlo, entonces. No, no se necesita un corte profundo, basta con uno de esos en los que no se sangra, pero escuecen una barbaridad. Si, por el contrario, ya te ha ocurrido alguna vez, ya sabes de lo que estoy hablando.... Y en esas estoy. Bueno, sí, algo de sangre hubo, pero nada grave. Un tajo muy superficial. Más incómodo que doloroso. Por descuidado. Soy hombre y como tal no puedo hacer dos cosas a la vez. Aunque creo que soy superdotado y lo que no puedo hacer son tres acciones al mismo tiempo y bien. Está claro. Respirar, utilizar un cuchillo y hablar simultáneamente no lo puedo hacer y pasa lo que pasa. Que alguna de ellas no la hago bien. Y tocó a la de cortar con el cuchillo. Pero ... ahora que lo pienso, tan mal no lo hice. Cortar, corté. No lo que estaba previsto, pero lo hice.


Basta que hayas sufrido un percance de este tipo para que parezca que todos los planetas se han alineado a fin de que veas las estrellas en cada momento. O, dicho de otra manera, desde el instante en que te cortas un dedo, sea el que sea, todos los roces, todos los golpes van a ir a ese dedo. Es más, te darás cuenta de lo importante que es ese dedo en cada uno de tus días, justo cuando hayas tenido un percance de ese tipo. Incluso si se trata del dedo meñique de la mano izquierda y eres diestro.... Total, que así estoy. Con la gravedad de que se trata del dedo índice de la mano izquierda (hubiera sido difícil de explicar que siendo diestro me hubiese cortado el índice de la mano derecha)


Así que entre curas, una tirita, un poco de esparadrapo, mercromina, gasas y demás apósitos he conseguido que parezca muuuuuuuuuucho más de lo que es. Parezco un tullido. ¡Ah, y además soy muy mal enfermo!



PD: ¿Tienes tendencia a los accidentes domésticos? ¿Por distracción? ¿Por torpeza? ¿Quién no ha roto nunca un plato?

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