viernes, abril 08, 2011

una novela de barrio (2007, francisco gonzález ledesma)

En mi día a día estoy rodeado de personas anónimas que, sin embargo, me hacen la vida más fácil. Vale, de acuerdo, nada diferente a lo que pueda tener cualquiera en sus vidas. En mi caso es un poco más acentuado, dado que vivo en una ciudad que no es la mía, no se trata del entorno en el que me he desenvuelto de manera habitual. Hablé en otro momento de Gerardo y, creo que, moralmente, les debo una entrada a José Luis, Francisco y Andy, los porteros/conserjes/seguridad de mi edificio. Desde luego, también que tendrán su correspondiente cuota de protagonismo Ángel, Antonio y José, mi habituales camellos de cafeína. De igual modo que Elena y Jorge, que, con menor frecuencia, también se preocupan de que mi sangre no note la falta del café.

No puedo olvidarme de José Luis, el guarda de seguridad del supermercado, ni de la señora brasileña [a la cual nunca he conseguido entenderle el nombre] que se encarga de la limpieza de rellanos, escaleras y portales en mi edificio. De Antonio ya hablé, pero, quizás deba hacerlo también de su señora y de sus empleados. No puedo olvidarme de Carmen, esa dulce mujer que estudia francés junto a un refresco en un bar y que sueña con ver publicados alguna vez esas líneas que cada noche escribe en cuadernos de espiral. Sería injusto que me olvidase de los guardas jurados de la parada de metro con los que cada día me detengo unos minutillos para charlar sobre banalidades, pero que me agradecen la conversación con una amplia sonrisa y un sentido apretón de manos.

Tal vez deba escribir sobre Amalia, la veterana cajera colombiana del supermercado y, desde luego, Efe Lipe y Mau Ricio también deben tener sus trescientas cincuenta palabras en exclusiva. Aunque, claro, Álex, Miguel, Juan, Samuel, Dani, Robert y Ramón tendrían que tener una mención especial… Ahora que lo pienso, empieza a ser mucha gente, pero si me planteo que cuando viví en Kallipolis, en mis primeros tres meses ya tenía trato frecuente con más de un centenar, quizás no sea tanto….


PD: ¿Nos damos cuenta de la cantidad de gente que tratamos frecuentemente cada día? ¿Nos molestamos simplemente en saludar o preguntar qué tal va el día? ¿Y si no girasen a nuestro alrededor y somos nosotros los que lo hacemos en torno a ellos?

1 ingredientes:

Girl From Lebanon dijo...

Se ve que eres una persona muy sociable...además de encantador...

muchas gracias por tus palabras...en ello estoy :)

Bss!!

| Top ↑ |